Pesca y Devolución en los Grandes Lagos (*)
Conclusiones de un estudio reciente realizado en los Grandes Lagos de EEUU
Un componente crítico en el ordenamiento y la reglamentación de la pesca es entender cabalmente lo que sucede con los peces cuando son capturados y liberados.
Muy recientemente, el Departamento de Recursos Naturales de Michigan – USA ha estado estudiando, específicamente, lo que le sucede a la trucha de lago después de que ser atrapada y liberada. Lo ha hecho a través de una encuesta de evaluación de su mortalidad.
Para asegurar que se están recopilando datos precisos sobre los peces que se pierden debido a la pesca, las estimaciones de mortalidad deben incluir tanto los peces capturados y no liberados como los peces que son liberados y luego mueren como resultado de la pesca, dijo el DNR en un nuevo comunicado sobre los resultados del estudio.
La División de Pesca de la DNR reúne estos datos a través de su programa de control de capturas. Los empleados de la DNR, ubicados en los puertos de los Grandes Lagos en Michigan, contabilizan las truchas de lago que han sido capturadas y liberadas. Los datos se cargan en modelos de población de peces utilizados para estimar las cuotas de captura para la pesca recreativa y comercial.
“La subestimación de la mortalidad del pescado liberado por los aficionados a la pesca resultará en cuotas de captura poco confiables y que, como consecuencia, no son protectoras de esta importante especie deportiva”, dijo el biólogo de investigación pesquera del DNR, Shawn Sitar. “Por lo tanto, resulta indispensable para el manejo de la trucha de lago por parte del DNR, contar con estimaciones confiables de la mortalidad de peces liberados”.
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Desafortunadamente, se conocía poco sobre la mortalidad de la trucha lacustre de los Grandes Lagos liberadas por los pescadores. Se han realizado algunos estudios para las poblaciones de truchas de lagos interiores, pero sólo se ha hecho un estudio sobre la mortalidad de la trucha lacustre liberada por pescadores de los Grandes Lagos.
“El estudio, realizado por Andrew Loftus en 1988, indicó que la mortalidad luego de ser liberada, promedió los 14.9 % con un rango estadístico de 7.4-25.7 por ciento”, dijo Sitar.
“Pero el estudio tenía algunas limitaciones serias incluyendo:
- Tamaño escaso de la muestra, solamente 67 pescados, en un período de dos años.
- No se capturaron truchas en aguas de más de 150 pies y sólo ocho peces fueron capturados y liberados en profundidades cercanas a los 145 pies.
- Poca información sobre los factores que afectan a la mortalidad de los peces liberados, luego de ser capturados a través de la pesca”.
Una gran cantidad de truchas de lago de los Grandes Lagos se capturan a profundidades mayores de 150 pies, particularmente en el Lago Superior, pero el estudio de 1988 no necesariamente incluyó lo que les produce el barotrauma a esos peces. El barotrauma es la lesión causada por un aumento en la presión del agua – muchas veces provocada al desplazarse rápidamente a través de una columna de agua al ser recuperada por la acción del reel luego de ser clavada por el anzuelo -.
Teniendo en cuenta la importancia de obtener estimaciones precisas de la mortalidad de la trucha lacustre liberada por los pescadores de los Grandes Lagos y la falta de datos de estudio sobre los efectos del barotrauma, es que la DNR realizó el mencionado estudio. El mismo permite estimar la tasa de mortalidad de la trucha lacustre, por acción de la pesca con liberación en las aguas de Michigan de los lagos Superior y Huron. El estudio también examinó los principales factores ambientales y de pesca que influyen en la supervivencia de los peces liberados por los pescadores.
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“En este estudio, el personal de la División de Pesca estimó la mortalidad de la trucha lacustre liberada por los pescadores, utilizando peces marcados con etiquetas en los lagos Superior y Huron, comparando las diferencias en las tasas de retorno de las etiquetas entre el pescado capturado en trampas (grupo de control) y el capturado y liberado por los pescadores (grupo de tratamiento) “, dijo Sitar.
Para determinar qué otros factores podrían influir en la mortalidad de la trucha de lago liberada por el pescador se tuvieron en consideración y evaluaron: barotrauma, temperatura del agua superficial en la que se libera el pescado, profundidad de captura, ubicación del anzuelo, tiempo de lucha en la captura, tiempo de manipulación fuera del agua y método de pesca.
Del 2010 al 2013, se etiquetaron y liberaron los siguientes números de peces en el Lago Superior del Sur: 2.300 truchas capturadas con trampas y liberadas y 1.800 truchas pescadas y liberadas. En el centro-oeste del Lago Hurón, se identificaron y liberaron 1.670 truchas atrapadas en la red y 930 capturadas por pescadores deportivos. Los datos de recaptura de etiquetas se contabilizaron entre 2010 y 2016. Las tasas de retorno de las etiquetas en los lagos Superior y Huron eran mucho más bajas para los peces marcados como provenientes de la pesca deportiva que para los peces marcados como capturados con grandes redes.
“Nuestro análisis de la información de las etiquetas recolectadas indicó que la temperatura del agua superficial en el momento de la liberación fue el factor principal que afectó las tasas de retorno de los peces capturados y liberados por los pescadores deportivos”, dijo Sitar.
“En general, se encontró que el mayor factor de incidencia en este fenómeno ha sido el aumento de la temperatura del agua superficial en el momento de la liberación”.
En el Lago Superior, los resultados del análisis de datos, indicaron que la mortalidad de peces liberados por pescadores era del 43 % cuando la temperatura del agua de superficie en la liberación excedía los 50 grados Fahrenheit y el 15 % cuando las temperaturas del agua superficial estaban por debajo de 50 grados.
En el lago Hurón, la mortalidad de la trucha lacustre liberada por el pescador fue del 53 % para la temperatura superficial por debajo de 50 grados Fahrenheit y promedió 61 % por encima de los 50 grados Fahrenheit, aunque estas estimaciones tienen mayor incertidumbre debido al menor número de peces capturados y devueltos en este lago.
En base a estos hallazgos, el DNR examinará las regulaciones vigentes en el manejo de las actividades de pesca deportiva en busca de alternativas que disminuyan la mortalidad por la liberación de la trucha en los Grandes Lagos. Las conclusiones de este estudio ya se están compartiendo con los pescadores para pedirles que evalúen la temperatura del agua en superficie al momento de considerar la liberación del ejemplar capturado.
El procedimiento de ”pesca y devolución” es como la democracia, imperfecto pero el mejor conocido. Optimizarlo requiere cuanto menos, seguir auditando el impacto de nuestro accionar en los espejos de agua y el apego a ciertos procedimientos que reducen el impacto que la captura y posterior manipulación le generan al ejemplar obtenido.
Recomendamos la lectura de este artículo para proceder con idoneidad y ayudar a preservar la fauna y, por ende, al medio ambiente.
(*) Los Grandes Lagos son un grupo de cinco lagos situados en la frontera entre los Estados Unidos y Canadá. Son el mayor grupo de lagos de agua dulce en todo el mundo y considerados también como mares cerrados. Cubren un total de 244 160 km², una superficie similar a la del Reino Unido, irrigando una superficie de 521 830 km² con profundidades de varios centenares de metros y contienen el 21 % del agua dulce del mundo.
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