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La postura oficial de la Academia Americana de Otorrinolaringología-Cirugía de Cabeza y Cuello (AAO-HNS/F).
12 de diciembre de 2024. «La Academia Americana de Otorrinolaringología-Cirugía de Cabeza y Cuello respalda el uso de supresores de armas de fuego como método eficaz para reducir el riesgo de pérdida de audición, especialmente cuando se utilizan junto con medidas convencionales de protección auditiva.» indicó recientemente la organización en su sitio web.
Los daños auditivos son evitables.
«La pérdida de audición inducida por el ruido es un problema que afecta a todo el mundo en algún momento», afirmó el Dr. Tate Maddox, otorrinolaringólogo de Advent Health en Carolina del Norte. «La caza y los deportes de tiro pueden exponer los oídos a sonidos muy por encima del nivel de decibelios que provoca la pérdida, ya sea de forma permanente o temporal. Todo lo que reduzca los efectos de la pérdida de audición inducida por el ruido es bueno.»
Más allá de estas recomendaciones recordemos que, en nuestro país, de acuerdo al artículo 4 del Anexo I al Decreto Reglamentario 395/75 las armas de fuego con silenciadores son material de Uso Prohibido.
Hablemos de decibeles
La unidad común que utilizamos para medir las intensidades relativas del sonido es el decibelio. La escala de decibelios es logarítmica, lo que significa que un sonido con una intensidad que es el doble de la de un sonido de referencia corresponde a un aumento de poco más de tres decibelios.
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Como referencia, el logaritmo comienza en cero decibeles, donde la intensidad del sonido menos perceptible, que es el umbral de audición, significa que no hay sonido. Con esta escala, un sonido de 10 decibeles es 10 veces la intensidad del sonido de referencia y un sonido de 20 decibeles es 100 veces la intensidad de referencia, y así sucesivamente. Por ejemplo: el ruido normal de un hogar equivale a 40 decibeles.
En el caso de las armas de fuego, el sonido medio de un disparo se encuentra en el rango de los 120 a 140 decibeles. Por supuesto, todo esto depende de algunas variables como la munición, el calibre y el arma de fuego en sí. Un rifle calibre .22lr no va a ser tan ruidoso como un H&H calibre .375.
Según el Instituto Nacional de la Sordera y Otros Trastornos de la Comunicación (NIDOCD), la exposición regular a sonidos de 85 decibeles o más puede causar pérdida auditiva.
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¿Qué hace un supresor / silenciador?
El sonido de un disparo proviene de la combustión de la pólvora en el casquillo. Esta explosión empuja la bala por el cañón y la saca por la boca del cañón. A medida que la bala sale por la boca del cañón, los gases en expansión de la combustión escapan, creando ondas sonoras que luego oímos.
Un supresor utiliza deflectores para capturar la energía de la explosión, lo que atenúa la energía que llega al oído. En promedio, un supresor causa una reducción de sonido de 30 decibeles.
El uso de supresores en la caza
El uso de supresores de sonido, también conocidos como silenciadores, en la caza es legal en algunos países de la Unión Europea:
- Italia: Permite el uso de moderadores de sonido en la caza de jabalíes para controlar la peste porcina. Sin embargo, los supresores de ruido están restringidos para el mercado civil desde 2010.
- Portugal: Permite el uso de “moderadores de sonido” que pueden reducir el ruido hasta en 50 decibelios.
- Polonia: La venta y posesión de silenciadores es legal, aunque no están regulados.
- Alemania – España: Están prohibidos
- Francia: Permitido para la caza desde 2018
- Reino Unido: es legal usar moderadores de sonido en rifles de aire comprimido, siempre que el límite sea de 12 ftlbs. En cuanto a las armas de fuego, el moderador o silenciador debe estar registrado en el certificado de tenencia.
Más allá de la autorización o no del uso de silenciadores, algo improbable en nuestros lares, los protectores auditivos son un elemento de protección personal indispensable cuando se caza o cuando se disparan armas de fuego.
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