El deporte y los atletas transexuales.
- El caso de la atleta transgénero Laurel Hubbard en Tokio 2020 y ahora el de Boxeo en París 2024 le dio notoriedad púbica a un tema abordado por el Lic. Héctor A. Cirigliano (*) en Aire Libre.
30 de octubre de 2019. En los juegos de la antigüedad los atletas griegos participaban desnudos en las competencias. Según cuentan algunos historiadores, en una competencia participó una mujer travestida que se impuso a los hombres. Al ser descubierta, (los juegos eran solo para hombres) se adoptó la costumbre de participar desnudos para evitar futuras trampas.
En la actualidad existe una polémica que involucra a dirigentes deportivos, atletas y fisiólogos debido a la apertura del Comité Olímpico Internacional (COI) a los deportistas que han decidido cambiar de sexo.
En la época moderna todo comenzó en 1976 con la tenista Renée Richards, que en sus comienzos en el deporte compitió como hombre y más tarde se sometió a una operación de cambio de sexo para convertirse en mujer, de acuerdo a su elección sexual.
En 1977 un tribunal de Nueva York le permitió participar en el Torneo Abierto de los Estados Unidos, convirtiéndose en una pionera.
El deporte es una de las actividades humanas donde las diferencias de sexo se hacen más manifiestas por las diferencias anatómicas en la constitución del físico masculino y femenino.
El hombre tiene en promedio mayor estatura, huesos más grandes, mayor masa muscular, mayor capacidad pulmonar y mayor resistencia, todo ello debido de manera fundamental a la hormona masculina, la testosterona.
En la sociedad actual, por el falso mito de la igualdad se ha llegado al deporte con resultados desiguales.
El Profesor y Conferenciante de ciencias Biológicas Chris Schwirian, de la Universidad de Ohio pone de manifiesto las diferencias: “Los tiempos en las competencias de 100 a 800 metros son para hombres por la mayor masa muscular, mayor volumen de fibras de contracción rápida lo que le proporciona mayor fuerza, mayor velocidad y mejor utilización de la energía anaeróbica.”
En distancias mayores las diferencias se aprecian porque el hombre tiene mayor capacidad aeróbica, menor cantidad de grasa corporal, mayor masa muscular y niveles más altos de hemoglobina. El corazón y los pulmones son más grandes que los de la mujer, lo mismo que los huesos, que además son más largos, lo que le proporciona ventajas mecánicas y más fuerza. También el sistema ligamentoso es más resistente, lo que evita la producción de lesiones.
Si no es equitativo para que hacer deporte. Si se presenta una ventaja manifiesta que asegura un triunfo a un atleta transexual no es ético. Con el único propósito de no discriminar se incluye a personas que han cambiado su sexo pero conservan grandes diferencias estructurales con respecto a las mujeres. En el caso opuesto, una mujer que se siente hombre y desea participar como tal se encuentra en desventaja aunque se le permita elevar sus niveles de testosterona.
Para el COI en la actualidad las diferencias entre el sexo masculino y femenino no depende de los cromosomas XX o XY sino de los niveles de testosterona.
La condición fundamental es que aquellos que eran hombres y quieran competir como mujeres tengan menos de 10 nano gramos de testosterona por mililitro de sangre. Estos atletas deben someterse a tratamientos con estrógenos para frenar la producción de testosterona.
La sociedad exige la integración de los deportistas transexuales a las diferentes competencias deportivas pero esto provoca polémicas debido a la ventaja deportiva que presenta un hombre operado, porque mantiene su físico aunque sus niveles hormonales hayan descendido a los niveles femeninos.
Los niveles de testosterona en el hombre maduro permitidos para las competencias deportivas van entre 30 a 120 nano gramos. El uso indebido de la hormona representa doping.
En los Estados Unidos funciona la poderosa federación estatal de Lesbianas, Gais, Bisexuales y Transexuales (FELGTB) que define a los transexuales de la siguiente forma: “Una persona transexual es aquella en la que su identidad sexual está en conflicto con su anatomía sexual”.
Se da tanto para el hombre que se siente mujer como para la mujer que se siente hombre y ambos están atrapados en una anatomía equivocada.
El debate sigue vigente con argumentaciones de ambas partes. Los críticos argumentan que simplemente la igualdad de sexos no existe. “Fisiológicamente hablando, hay una brecha de género entre la mujer y el hombre que no puede ignorarse”.
Esto no significa que la persona que decidió cambiar su sexo no pueda participar en deportes de alta competencia. Lo que se trata es de lograr que el transexual compita en igualdad de condiciones, tanto si es un hombre que compite como mujer, con las ventajas físicas propias o de una mujer que desea competir como hombre y se encuentra en desventaja. Lo que se busca en el deporte es que no haya ventaja deportiva de ninguna índole y que se respete siempre el Juego Limpio.
Son diferentes los ejemplos que se pueden dar sobre los problemas para incluir a los transexuales en las competencias deportivas y también en mujeres con grandes diferencias hormonales. Se da el caso de la Sudafricana Caster Semenya que es mujer pero sus niveles de hormona masculina son muy altos.
La atleta perdió el caso en el Tribunal de Arbitraje para el Deporte de Suiza que no le permite participar como mujer en las competencias de 400 y 800 metros.
Mack Beggs practica lucha en Texas, EEUU. Nació mujer pero se siente hombre y durante dos años realizó un tratamiento hormonal para dejar de ser mujer y ser aceptada como hombre en las competencias. El organismo estatal que rige el deporte le exige que compita con oponentes del mismo sexo que figura en su documento. El resultado fue que en 53 peleas realizadas no conoció la derrota y varias luchadoras abandonaron la competencia antes del enfrentamiento debido a las diferencias manifiestas.
Rodrigo Pereyra jugó en varios equipos de voley masculino en Europa hasta que consiguió ser incluída en la Liga Italiana de Voley Femenino luego de su pasado como hombre. En el primer encuentro, la jugadora de 29 años fue la máxima anotadora.
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La pesista australiana Lauren Hubbar que compite en categoría femenina ganando todos los torneos que una diferencia notable sobre las mujeres debido a su físico poderoso. Las mujeres que participaron en la competencia elevaron su queja por la ventaja deportiva manifiesta de Lauren que nació hombre y tiene un físico poderoso. Por otra parte la poderosa Asociación de Lesbianas, Gais Bisexuales y Transexuales (FELGTB) la defiende diciendo que es simplemente mejor que las otras competidoras femeninas.
Corresponde a las entidades que rigen al deporte en todos los niveles, a los médicos especialistas y a los deportistas en general hallar los medios necesarios para incluir a todos los atletas en las competencias buscando los medios que no representen ventaja deportiva para ninguno de los participantes y se respete el Juego Limpio.
Héctor A. Cirigliano
Lic. en Kinesiología y Fisiatría UBA MN 14097
Entrenador FATARCO
Kine41@fibertel.com.ar
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ismael rivera-silva
Considero que usted está siendo simplista y tratando de buscar igualdad en donde no la hay.
La solución más aceptable y viable es hacer ligas separadas, como las hay de hombres y mujeres. Crear unas competencias para transexuales no sería difícil, lo mismo aplica a un concurso de belleza de transexuales. Todos los que se identifiquen con esas posturas pueden apoyarlos, pero no se obliga a otros que difieren a tolerarlo.
Creo que el buscar igualdad en donde no la hay es el problema.
Considero que el Comité Olímpico Internacional ha fallado malamente contra el atleta biológico.
No creo que sea posible hacer que un gallo ponga huevos, aunque deseamos que eso ocurra. la mera expectativa No cambia la realidad. Las diferencias del hombre y la mujer son claras, las hormonas No van a cambiar ese hecho. Nacemos y morimos con el sexo biológico, para cambiarlo tendríamos que nacer nuevamente.