Aumentó la muerte de delincuentes y bajó la de inocentes.
La tasa de homicidios cayó un 21,5 % en Río de Janeiro, mientras que aumentó 16,2 % la cantidad de delincuentes abatidos en confrontaciones armadas con la policía. Nota de Mamelo Fiallo Flor para PanAm Post.
El país más grande de América Latina está mejorando sus índices de seguridad ciudadana. Cada mes llegan de Brasil cifras alentadoras sobre la disminución del crimen y la violencia en general, entre las que el estado de Río de Janeiro se está destacando.
Entre enero y agosto de este año, la tasa de homicidios cayó un 21,5 % en el estado de Río de Janeiro, en comparación con el mismo período de 2018.
Los datos fueron publicados el jueves 19 de septiembre en el informe mensual del Instituto de Seguridad Pública (ISP).
Según la información, en los primeros ocho meses de este año se registraron 2717 homicidios, frente a 3461 de enero a agosto de 2018.
La única cifra que aumentó fue la muerte de delincuentes abatidos por la policía.
La cara más desalentadora de Río de Janeiro ha sido representada en películas como Ciudad de Dios y Tropa de Élite, donde los enfrentamientos armados entre la policía militarizada y los líderes que manejan las redes de narcotráfico en las favelas son el pan de cada día.
Y esa fue precisamente la única cifra que aumentó, la cantidad de delincuentes que murieron durante enfrentamientos armados con la policía se incrementó en un 16,2 %. En los primeros ocho meses del 2019 se presentaron 1249 casos de abatimiento en enfrentamientos por delincuencia, mientras que de enero a agosto del 2018, fueron 1075 casos.
Aún incluyendo esa cifra, de muertes por manos de la policía, la denominada tasa de letalidad violenta, que incluye homicidio intencional, robo seguido de muerte, lesiones corporales seguidas de muerte, cayó 13.3 % de enero a agosto de 2019, con 4074 casos, en contra 4699 en el mismo período del año pasado.
Los datos fueron compilados por la agencia EBC con información del ISP, en cuyo sitio oficial aparecen desglosados por modalidades y con gráficos históricos.
Además de la violencia, también disminuyó el robo.
Bajó 3,6 % el robo callejero, que incluye el robo de peatones, el robo colectivo y el robo de celulares. Estos últimos siguen siendo los delitos que más afectan a la población, causando lesiones personales y pérdida de documentos. Hubo un total de 88596 casos reportados de enero a agosto de 2018, frente a 85513 en el mismo período de este año.
Por hora, se registraron 13,3 robos, que equivale a 319 casos por día en agosto de 2019, un total de 9912 casos en Río de Janeiro.
En mayor grado disminuyó el robo de carga, que fue uno de los puntos focales de la intervención federal en la seguridad pública del estado el año pasado. En los primeros ocho meses de 2019 bajaron 18,1 %. Hubo 5277 casos de enero a agosto del 2019, mientras que hubo 6440 casos en el mismo periodo del 2018. Se redujo en número en un total de 1163 casos.
De acuerdo al perfil oficial de Wilson Witzel, gobernador de Río de Janeiro, la taza de robos es la menor en los últimos 28 años.
Lo que se vive en Río de Janeiro se reproduce a nivel nacional. Solo en materia de violencia, el índice de asesinatos bajó 21 %, los robos que resultaron en muertes disminuyeron un 27,3 %, las agresiones mortales un 5,8 % y las violaciones 13,6 %, desde que Bolsonaro asumió la presidencia.
Tras la dimisión de la presidencia de Dilma Roussef, que perdió su cargo por sus vínculos a la corrupción, dio inicio a un proceso social encabezado por el juez Moro para combatir la delincuencia.
Lula Da Silva, quien fuera del poder ya no gozaba de inmunidad diplomática, está tras las rejas por el mismo motivo.
Durante la presidencia de Michel Temer, vicepresidente de Roussef que asumió el cargo tras la dimisión de su predecesora, empezó el combate frontal a la delincuencia.
El actual gobierno de Jair Bolsonaro sigue la tendencia con el agregado de la legítima defensa que fue restituida por medio de la portación de armas, que actualmente está sujeto a revisión.
En el caso de Río de Janeiro, gobernado por Wilson Witzel, ha sido duramente criticado por la izquierda política por la muerte del terrorista que secuestró pasajeros arriba de un bus sobre el puente Niteroi. La imagen en la que aparece celebrando se ha vuelto icónica, representa el festejo de los inocentes liberados y la caída de un delincuente que los aterrorizó.
Es la tendencia que ha mantenido su gestión, donde la muerte de civiles inocentes está a la baja, mientras la muerte de delincuentes va en aumento.
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