Amante del trekking y del mar.
Periodista todo terreno, trabaja desde hace años a un ritmo vertiginoso. Y ritmo, precisamente, es lo que sumó a su vida, con su banda de música de los 60. Quedó poco tiempo para disfrutar de la naturaleza y el aire libre, pero “Lape” se las arregla para tener charlas con el mar y caminar senderos de vida. Nota de Wilmar Merino para Revista Aire Libre.
Trabaja de Sol a sol. Como en su famosa frase “prende y apaga”, ya está en el estudio de TN haciendo el noticiero de 6 a 9 antes de que Febo asome, y lo despide la caer la tarde en la FM 100 detrás de los micrófonos donde hace “Atardecer de un día agitado”. ¿Hay tiempo para hacer actividades al aire libre con ese vértigo?. Dejemos que el propio Sergio Lapegue nos cuente. Cómo es un día típico en su vida para ver luego cómo disfruta el tiempo libre.
“Me acuesto a las 2 de la mañana, me levanto 4 y media, me voy a trabajar al canal para hacer un noticiero llamado De 6 a 10 en vivo. No está formalmente instalado pero el noticiero lo rebauticé Tempraneros, porque armé un grupo de whatsapp con ese nombre y quedó. Hace varios años que estamos primeros. Luego del canal me voy al gimnasio a hacer máquinas o boxeo, salgo a trotar. Luego almuerzo, duermo una hora de siesta y me voy a la radio a las 5 de la tarde, hasta las 8, haciendo en la FM 100 “Atardecer de un día agitado”. Y después me vuelvo para casa o antes de volver a casa tengo reuniones con empresarios, políticos, etc, para informarme. Pero sino, llego a casa a charlar con mi mujer, tomarnos un vinito dulce y después cenar e irnos a dormir”.
“Hago deportes, pero no soy ni cazador ni pescador. Si me llevás a un running o entrenamientos al aire libre, ahí sí. También tengo una moto en agua y me encanta andar en eso y en cuatriciclo. Me gusta todo lo que sea la cosa náutica y la playa. El running lo practicamos con un grupo de amigos en Banfield y en Lomas, donde yo vivo. Hacemos un circuito que vamos hasta la cancha de Temperley y volvemos. Vamos hasta la iglesia, paramos, seguimos, es un running entretenido, porque no es solo que corrés y nada más sino que hablamos, interactuamos entre nosotros. Estamos en contacto con la naturaleza y los amigos”, cuenta.
En ese marco de trabajo full time, las vacaciones y los fines de semana, son tiempos de revancha. “Cuando vamos a Pinamar o a cualquier lado del mundo, me gusta trotar, porque eso te permite conocer los lugares de un modo insospechado. Es como una especie de ritual para hacer algo con la familia. Porque me gusta siempre hacer eso rodeado o de amigos o de familiares. Y en Pinamar, la moto de agua y el cuatriciclo, son mis clásicos. Siempre vamos con un grupo de amigos, eso también nos distiende. Uno de esos amigotes es Favio Posca. Y ahora me van llevando mis hijos y los amigos de mis hijos. Me gusta meterme con la camioneta en los médanos y estar solo con mi grupo de amigos, y llevarme todo lo necesario para pasarlo bien, hacer un campamento en la arena y mirar el mar”.
-Muy típico del ser urbano tener esa necesidad de escape, de poner alguna vez los pies en la tierra o en la arena y relajarse.
-Me vuelvo loco, me encanta. Yo tomo mate en el fondo de mi casa, donde tengo un jardín, leyendo el diario, con los pies descalzos, ese es mi cable a tierra. Mi mujer dice que quemo el pasto con los pies. Los pongo fijos en el suelo y transmito algún tipo de energía… ¡uno descarga al pasto!.
-Me imagino por lo que contás que el treking en paisajes naturales es una opción que te gusta.
-Me encantaría hacer treking en algún bosque, pero no tengo tiempo. En la costa amalfitana hice treking y me encantó, porque además estaba con mis hijos. Al igual que en El Chaltén, en medio de las montañas, perdiéndome por los caminos. Pero la mejor experiencia de treking la tuve en el hielo de El Calafate. Caminar por el glaciar, con mis hijos, fue impresionante. Ahí mismo en Calafate me compré una rodillera porque andaba mal de la rodilla y no me querían dejar de subir, pero les dije que me hacía responsable… el final de paseo fue tomarse un whisky con el hielo del propio glaciar. Eso no me lo iba a perder. Me encantó también ver el monte Fitz Roy a lo lejos y encontrarme con gente de todo el mundo. Es hermoso que vengan de todas partes a conocer las maravillas nuestras. Tengo 25 mil fotos de eso, me encantó ese paseo.
Ernesto Arriaga también fue tapa de Aire Libre
– ¿Por qué otros senderos te llevaron tus pasos andariegos?
-En Tucumán viví un tiempo y allí tengo mi hermana. Es uno de mis lugares favoritos para hacer caminata. Voy al barrio Yerbabuena, en la capital tucumana, y subo al cerro Aconquija. Cada vez que voy a ver a mi hermana, aprovecho para disfrutar eso también. Otro sitio que visito es el dique El Cadillal. Pero lamentablemente uno se va volviendo más grande y tiene cada vez menos tiempo para disfrutar estas cosas, cuando debería ser al revés.
-¿Tenés preocupaciones medioambientales?
– Me preocupan las cuestiones medioambientales, que es preocuparse por nuestra propia vida. Lo que uno puede hacer como representante de medio de comunicación es contarlo, pero luego no tenés mucho más poder para llevar adelante políticas, que es lo que tiene que hacer el funcionario. Eso sí, podés contarlo, marcarlo, generar conciencia para cuidar el medio ambiente. Lamentablemente todos esos temas no tienen el rating que deberían tener. En los medios convivís con el rating y lamentablemente cuando hablás de estos temas, o hablás de solidaridad, la gente no se engancha, cambia de canal. Yo seguiré insistiendo en el camino, aunque no sea políticamente correcto.
– ¿Observás aves? Eso podés hacerlo casi sin viajar. En los lagos de Palermo nomás, tenés el 20% de la cantidad total de especies de aves que hay en Argentina.
– Me gusta, pero con mi escaso tiempo se me hace muy difícil. En mi casa tengo árboles, y mi vista cuando tomo mate es concentrarme en los pájaros. No conozco de qué especies se tratan, pero me quedo observándolos.
Matías Bertolotti también fue tapa de Aire Libre
-¿Pudiste ver ballenas en la Patagonia?
-En Península de Valdés observé ballenas. No a través de la excusión de barcos, sino en la playa El Doradillo, que está a unos kilómetros de Puerto Madryn. Un lugar donde vos podés estar tomando mates en la playa y la ballena está a tres metros. El tiempo en que estuve en Madryn no pudimos salir en barco por el frío y el mal tiempo, pero la verdad es que allí en El Doradillo no me perdí de nada. Las tenía a pocos metros. Nos pasó hace poco algo muy curioso hablando de ballenas y Puerto Madryn. Si vos ves TN a la mañana, uno de los segmentos que más le gusta a la gente es el de la camaritas que muestran lugares. Mostramos lugares de aire libre, en Iguazú, Ushuaia, cualquier parte de la Argentina. Y precisamente cuando mostramos Puerto Madryn dije “en un momento va a aparecer una ballena”… y no va que aparece una ballena que sale del mar a expulsar agua. Increíble, era un designio del destino. Después la gente me preguntaba cómo sabía yo eso, en qué me había fijado… fue pura suerte.
-Curiosamente uno observando la naturaleza se empieza a observar el paisaje interior… ¿Qué te pasa a vos en esos momentos en que te hacés parte del paisaje?.
-Soy parte del paisaje en el momento en el que estoy frente al mar. A tal punto en que desde que mis hijos eran chiquitos, vamos a hablarle al mar. Y cuando nos vamos, nos despedimos. Siempre les dije que les tengan respeto al mar, no miedo. Y hay que protegerlo y cuidarlo, como debemos protegernos y cuidarnos nosotros. Así que yo iba con mis hijos al mar, y le decía “Hola mar querido, aquí estamos los Lapegue para disfrutar con vos de la naturaleza”. Mis hijos pensaban que estaba totalmente loco…
-Lo loco es que el mar te estaba escuchando…
-Si!! y me responde. Siempre al hacer ese ritual les digo a mis hijos “¿Alguna vez vieron una línea más perfecta que la del horizonte en el mar?” Ahora Micaela tiene 25 años, es Actriz, y Elvis, que estudia Administración Financiera, tiene 20. Ya conocen mis locuras. Y cada vez que volvemos digo “alguna vez…” y ellos completan la frase de la línea en el horizonte del mar.
Mario Markic también fue tapa de Aire Libre
– ¿Soñás con algún viaje que no hayas podido hacer todavía?
– Siempre frente al mar. Cualquier lado. Pero el mar. El mar de Australia o Nueva Zelanda sería una buena opción. Conocí el Indico cuando fui al país más pobre de Africa por mi profesión, pero ahora me está faltando el mar. Con esto de la música y mi trabajo me queda poco tiempo, pero siempre que deseo ir a algún lugar, es al mar. Soy fanático del mar, lo único que quiero es mirar el mar eternamente. No quiero más nada.
-Instalaste la frase “prende y apaga”. ¿La naturaleza también sirve para prender y apagar algunas cuestiones internas?.
-Sí. Apagar las cosas negativas y malas y prender todo lo que es el optimismo, la esperanza, el saber que uno puede lograr sus objetivos y sueños. Yo soy de la idea de que uno no debe dejar nunca de soñar. Y por más que no concretes esos sueños, lo importante es que no dejes de caminar. Lo importante no es llegar, sino el camino. El Prende y Apaga fue un programa con un estilo muy comentado. Todavía sigo haciendo “prende y apaga” con la gente que con las cámaras cree que yo estoy allí y me habla o saluda. No pierdo el contacto directo con la gente. La Esperanza nos mantiene los sueños. Nunca hay que rendirse en la búsqueda de los sueños.
-A los 53 y tras el camino recorrido. ¿En qué te sentís bueno como comunicador?.
-Es difícil hablar de uno mismo. El fuerte mío me parece que es ser como soy en la vida real. No todos los que hacen radio y tele lo son. Así como me ves en la tele o me escuchás en la radio, soy. Para traspasar la pantalla o el micrófono vos tenés que ser transparente. Yo no soy más importante que otra persona que no sale al aire. No soy más poderoso que uno que trabaja en su casa o maneja un colectivo. Y a más de uno de los que trabaja en tele se le sube el humo a la cabeza. Para que no pase eso tenés que tener un buen equilibrio, una contraparte. Y yo la tengo en mi casa. Pero además, me viene de escuela, porque aprendí con un gran productor que era Mario Gavilán, creador de Nuevediario, Crónica Televisión y demás… ¡un genio!. Cuando yo era productor, él decía: ‘pibe, cuando el maquillaje entra en tus venas, perdiste’. Yo me maquillo todos los días, pero trato de que no llegue el maquillaje a los hogares sino que llegue Sergio. Esa es mi suerte, ser como soy en la vida real, si estoy triste se nota y si estoy alegre, se nota”.
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Eugenio Rivademar
Genio Sergio!! Venite a Bariloche a hcer trekking y vas a flipear como dicen lis gallegos. TRONADOR y sus lagunas t va a cambiar la mirada de la vida. Bue..te la va a ampliar