Cómo resolver situaciones imprevistas.
Un sobrepaso en falso, banquinas descalzadas o la presencia de agua, nieve o hielo en la ruta obligan a tomar decisiones en muy poco tiempo. Cómo actuar frente estas situaciones que se presentan de manera inesperada. Informe de CESVI exclusivo para AIRE LIBRE.
Manejar en la ruta puede parecer, por momentos, aburrido y monótono. Pero para que el viaje no se convierta en tragedia, no hay que dejarse llevar por el aburrimiento y no se debe bajar la guardia en ningún momento, ya que siempre hay que estar listo para resolver de inmediato alguna situación adversa e imprevista.Toda aquella persona que alguna vez “salió” a la ruta (de cualquier tipo), sabe que la maniobra más frecuente y peligrosa es el sobrepaso. El problema es cuando ese adelantamiento se convierte en una mala maniobra y el conductor que circula por su carril debe bajar a la banquina para impedir un accidente.
Cuando se debe realizar una maniobra arriesgada para evitar la colisión, es posible que los conductores no actúen de la mejor forma y durante el esquive pierdan el control de su vehículo, generando otra colisión, un despiste o un vuelco. Por esta razón, es necesario recodar instantáneamente la manera adecuada de actuar en momentos límite, en donde lo que menos hay es tiempo para pensar cuál es la forma correcta de resolver el problema.
Por todo esto, en esta nota encontrará una guía práctica que le permitirá resolver de manera correcta y segura las situaciones peligrosas más frecuentes que se le pueden presentar mientras conduce en la ruta.
Sobrepaso en falso
El 68% de los siniestros se produce en sectores de rectas, lo que implica que la mayoría de los accidentes se produce en los sobrepasos. Al momento de realizar este tipo de maniobra, en primera instancia, recuerde que si el vehículo que viene de frente inició su maniobra de sobrepaso y usted aprecia que la acción puede llegar a generar un riesgo, señale su presencia con una guiñada de luces y reduzca la velocidad. Si ve que el vehículo tarda mucho en realizar el adelantamiento, adviértale con el giro a su derecha que usted va a ser el que baje a la banquina para evitar el choque. Recuerde que su única vía de escape es hacia la derecha, pero no olvide hacérselo saber al otro conductor.
A la banquina
En el caso que usted se viera obligado a tirarse a la banquina, debe tomar ciertas precauciones, especialmente cuando se trata de superficies de menor adherencia (pasto, ripio, tierra). La maniobra debe ser lo menos brusca posible, sin un accionamiento del freno en el instante que se cambie de superficie (durante el ingreso a la banquina), no se debe girar el volante durante la entrada y no se debe realizar una contramaniobra abrupta al reingresar rápidamente a la calzada para no perder el control del auto. Lo más aconsejable es poner el auto recto sobre la banquina, reducir la velocidad de forma moderada y volver a la ruta cuando se encuentre despejada y el vehículo circule a una velocidad precautoria.
Recuerde: No gire el volante mientras esté frenando bruscamente, ya que no podrá doblar y, en el momento que suelte el pedal de freno, el vehículo recuperará bruscamente la trayectoria que le indica el volante, pudiendo generar el derrape y posterior vuelco.
A la banquina parcialmente
Si decide hacer la maniobra de forma parcial, es decir, bajar sólo con las ruedas del lateral derecho y transitar con las del lateral izquierdo sobre la ruta, se debe tener en cuenta que usted estará circulando con los neumáticos sobre distintas superficies, una de ellas de menor adherencia. Cualquier accionamiento del freno en estas circunstancias, puede llegar a generar la pérdida de control del vehículo, debido a que las ruedas derechas se bloquearán con mayor facilidad, provocando el conocido trompo. Si la banquina estuviera descalzada la clave está en hacer la maniobra a baja velocidad (tanto la de ingreso a la banquina como la de reingreso a la ruta) y con precaución.
Agua en la ruta
Otra situación imprevista que se puede generar es cuando hay agua acumulada en la calzada. Frente a esto, la recomendación es disminuir la velocidad todo lo necesario y moderar mucho las maniobras. Pero si un conductor pasa por encima de un charco y siente que el vehículo se le mueve es porque está perdiendo adherencia la cubierta. En ese instante, un neumático (o más de uno) está literalmente separado del asfalto por una película de agua. En estos casos no se debe hacer demasiado, sólo afirmar bien el volante para que el vehículo no se mueva, no girarlo, sacar el pie del acelerador y no tocar el freno para que el auto disminuya su velocidad en forma gradual. De esta forma, si la acumulación de agua es muy extensa, al ir bajando la velocidad las cubiertas girarán más despacio y empezarán a desagotar nuevamente el agua acumulada, recuperando la adherencia a la calzada.
Hielo
El hielo es la superficie con menor adherencia, por lo que es determinante transitar a baja velocidad. Este tipo de superficie provoca la pérdida de control del vehículo y bloquea con facilidad las ruedas al frenar. Si transita sobre el hielo, para frenar hay que pisar el pedal con suavidad y así evitar el bloqueo de ruedas, a menos que tenga ABS. Si pierde el control no frene. Levante el pie del acelerador e intente controlar el vehículo usando el volante.
Niebla
Antes de ingresar a un banco de niebla, debemos chequear que se encuentren encendidas las luces de posición y las luces bajas y, en caso de tenerlas, accionar las luces antinieblas. Nunca usar las luces altas, puesto que pueden provocar deslumbramiento y un acortamiento del campo visual. Al mismo tiempo, se debe disminuir la velocidad de nuestro vehículo, dando la posibilidad al conductor que transita por detrás nuestro a reducir su velocidad, ya que en muchos casos se producen reacciones bruscas al adentrarse en estos bancos que, luego, son generadoras de choques en cadena.
Siempre se debe circular ceñidos sobre la derecha de la cinta asfáltica, evitando los encajonamientos. Es muy peligroso estacionarse sobre la banquina ya que la misma suele utilizarse de vía de escape en caso de colisiones en cadena. De tener que hacerlo, corresponde realizarlo en zonas seguras donde nuestra detención no implique un riesgo mayor para nosotros ni para los demás. Dentro de nuestras posibilidades, debemos viajar expectantes a las situaciones que se puedan generar delante de nuestro vehículo, circulando con las ventanillas abiertas a fin de poder escuchar los sonidos provocados por otros vehículos (frenadas, impactos, etc).
Animales sueltos
Circulando por las rutas argentinas es común ver carteles que indican la presencia de animales sueltos. Si hubiese alguno sobre la calzada y usted lo percibe a la distancia, ante todo disminuya la velocidad y haga sonar la bocina, porque quizás el animal se vaya y nos ahorre la maniobra. Si es de noche, hágale una “guiñada” de luces, siempre mientras desacelera progresivamente, pero no en forma excesiva porque puede deslumbrar al animal y quedarse inmóvil. Si la presencia del animal es totalmente repentina, frene intensamente, sin llegar a bloquear los neumáticos y trate de esquivar hacia su izquierda, en el caso de que no venga ningún vehículo de frente. Si debe desviar su trayectoria hacia la derecha tenga en cuenta las recomendaciones enunciadas de ingreso a la banquina. Al momento de esquivar al animal, ceda un poco la intensidad de frenado, para que la dirección responda de mejor manera.
Hay un sinfín de recetas para esquivar diversos tipos de animales que responden a los mitos populares, pero lo único recomendable en este caso es disminuir la velocidad.
CESVI Argentina, Centro de Experimentación y Seguridad Vial, es una empresa dedicada a la investigación, experimentación y análisis de la seguridad vial y automotriz. Desde hace 19 años investiga siniestros graves, estudia las causas que los generan, y evalúa la seguridad de los vehículos y rutas del país. Todo este conocimiento técnico y teórico, se utiliza en las capacitaciones de manejo defensivo y en los programas de educación vial destinados a niños y adolescentes. Además, contribuye informando a la sociedad mediante la publicación de los resultados de las investigaciones realizadas. Como aporte al mercado asegurador, CESVI Argentina desarrolla sistemas de gestión de siniestros que permiten optimizar los procesos de las compañías de seguros, además de indicadores que puedan detectar posibles fraudes.
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