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“Alguno de los dos debería de haber cazado y esa noche me tocó a mí”
23 de octubre de 2025. Era un jueves y el pronóstico nos decía temperaturas máximas de 36° y viento norte o zonda hasta las 21 hs, pronóstico para el día viernes, mal pronóstico. Pero eso no es obstáculo para un cazador, así que el viernes a las 16 hs partimos al campo, felices y sabiendo que Roberto o yo íbamos a conseguir una pieza.
Recorrimos algunos comederos y Roberto decidió quedarse ya por tercera vez en el nuevo puesto El Río 2. Habíamos dejado mucha comida y una cama de arena con aceite quemado. Había mucha actividad en ese puesto. Dejamos dos bolsones más de comida y partimos a mi apostadero.
Desde mi puesto de caza en altura tengo dos posiciones de tiro y dos comederos muy bien cebados. El primero lo tengo a una distancia de tiro de 93 metros y el segundo a 104 metros. La altura de tiro de mi apostadero de casi 3 metros ofrece una buena visión y es muy cómodo.
Terminamos de dejar más comida y Roberto hace el recorrido que un buen cazador debe de hacer, busca rastros para ver si hay o ha habido actividad. Me enseña buenas y frescas pisadas, por lo que decido quedarme. Ya eran casi las 18:20 hs. Recordando que tres días antes en el mismo lugar cacé otro padrillito a las 20:38 hs, me subí y me acomode rápido para la nueva espera. Cargué Fusil y Revolver, saqué las baterías y puse en orden de colocación las prendas para la espera nocturna.
El pronóstico indicaba que bajaría la temperatura a partir de las 21 hs, con rotación del viento del Norte a Sur Oeste y una mínima estimada de 9 a 11 grados. Eran las 20 hs y la claridad estaba todavía presente. Pero en el puesto Río 2 comenzó la actividad muy temprano. A eso de las 20 hs se siente una piara de chanchas con cachorro y padrillitos jóvenes que van caminando con trote medio hacia el comedero.
Roberto ya presto con su Brno 300 espera la entrada de la piara. Pero algo sucede, presintieron, ventearon o algo que él no se explicaba. Se detuvieron segundos y salieron espantados como una Zaeta……..que habrán sentido.????.
Por lo que decide dejar ese puesto de caza e ir caminando con su fusil, su revólver Taurus 44.6 pulgadas y su trípode al centro del circulo de papas a la espera de tener una nueva oportunidad. Yo mientras tanto en mi apostadero, cené mi ensalada mientras había luz y quedé a la espera.
La caza en el centro de las miradas. Una nota del Libro del 80° Aniversario de AICACYP que no deberías dejar de leer.
Teniendo en mis manos mi monocular térmico, hacía paneos de 180 grados y nada. Solo liebres mara, martinetas, liebres de Castilla y zorros. Tenía la ilusión de una cacería temprana. Ya eran las 21:38 hs y en ese paneo sobre el círculo donde está el pivot alcanzo a ver un jabali que venía hacia mi dirección. Directo al segundo comedero que estaba a 104 metros de distancia.
Con un trote parejo venía ese solitario y hermoso padrillo, dientudo y muy astuto. Metros antes de llegar a la comida, se detiene, observa y olfatea. Presiento que desconfía. Yo ya lo tenía apuntado. Me gusta verlos varios minutos para disfrutar su silueta y entender sus movimientos y costumbres.
Pero algo me dice que desconfía por lo que decidí activar mi gatillo al pelo y a una distancia de unos 106 metros decido terminar con la espera y disparo. Eran las 21:39 hs y sale el disparo de mi Brno 308 y al instante escucho el bolsazo. Dejo mi fusil para tomar mi monocular térmico y ubicar la pieza y nada.
A metros teníamos el círculo plantado con sorgo de casi un metro de altura. Lo recorrimos y nada. Pasaron 20 minutos de búsqueda y nada, por lo que Roberto decidió mirar la filmación de mi disparo para ubicar el lugar exacto donde el padrillo recibido el disparo.
Muy conocedor del tema encontró el rastro, lo siguió con una buena linterna unos 30 metros dónde había un bordo de tierra de casi un metro de altura. Me subí a él y encendí mi monocular térmico. En el primer paneo detecto al bello y gran jabalí. Grande fue mi alegría. Estaba a unos 30 metros, muerto y sin haber tirado una sola gota de sangre, entre el trayecto dónde recibió el disparo mortal hasta donde expiró este hermoso ejemplar.
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El gran dilema de los cazadores. ¿Ahora como hacemos para llevarlo?. Decidimos despanzarlo y cortarle la cabeza, de esa forma y con mucha dificultad logramos llevarlo, subir el bordo y dejarlo a la orilla de la huella. Buscamos la camioneta y lo subimos, ya eran pasadas las 02:30 hs.
Nos tomamos un descanso y el primer tema que conversamos fue sobre la LUZ EN EL CIELO, EL METEORITO, que pasó sobre nosotros a la 0:39 hs ya del día sábado. Sabíamos que era un meteorito por la luz incandescente en el cielo y su cola de fuego. Lo impactante fue el ruido y una vibración rara y única que nos había dejado atónitos y con un poco de temor a lo desconocido del evento.
De regreso hablamos todo el trayecto sobre lo que habíamos vivido esa noche de caza, noche de placer y disfrute total. El objetivo estaba cumplido. Alguno de los dos debería de haber cazado y esa noche me tocó a mí.
Llegamos a mi casa, bajamos el padrillo, lo subimos a la mesa y como lo hace un gran equipo nos pusimos a cuerearlo entre los dos. Dejé todo ese animal al sereno hasta la mañana que lo trocé y lo embolsé.
Otro día más de cacería, de vivencias, experiencias y placeres. Con este jabalí ya son 28 los cazados en lo que va del año 2025.
VIVA LA CAZA, VIVA LA VIDA Y VIVAN LOS AMIGOS y por último VIVA LA FAMILIA.👏🏻👏🏻👏🏻🐗🐗. Gracias a todos.
(*) Luis Alberto Piazza es presidente de la Asociación Civil Mendocina de Actividad Cinegética (ACMAC) .
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