El conflicto entre dos pueblos con jurisdicción en la laguna La Picasa
La ordenanza de Diego de Alvear, que prohíbe las embarcaciones de pesca de lunes a viernes, se sintió con fuerza en los dos primeros días y afectará al turismo y a los pescadores de San Gregorio.
11 de mayo: Una fuerte polémica generó este lunes la instrumentación de una ordenanza que regula la pesca deportiva del pejerrey en la laguna La Picasa, que afecta intereses, y pone casi en pie de guerra a dos poblaciones del departamento General López.
La normativa sancionada por la Comuna de Diego de Alvear limita la actividad, que estaba permitida todos los días, únicamente a los fines de semana y feriados. Una medida que, si bien se funda en la defensa del recurso ictícola y la fuente de trabajo de unos 300 pescadores comerciales dieguenses, provocó malestar y alarma en la vecina población de San Gregorio, distante a sólo ocho kilómetros.
El periodista local Pedro Cocco consideró que la ordenanza aprobada ”es perjudicial para San Gregorio, pero a la vez abre el debate para avanzar en una regulación de la actividad pesquera y evitar una depredación del recurso de la fauna ictícola de la laguna desde una mirada equilibrada que desaliente enfrentamientos entre pueblos hermanos y vele por el interés común”.
“la pesca del pejerrey mueve en San Gregorio unos 25 millones de pesos mensuales”
En declaraciones a La Capital el jefe comunal de Diego Alvear, Daniel Sagardia, explicó que “la medida adoptada se toma porque hay más de 350 vecinos que viven de lo que produce la laguna. Y al ritmo que vamos, donde los pescadores de caña en abril se llevaron 70 mil kilos de pejerreyes, nos van a dejar sin nada en seis meses a un año y se termina una importe fuente de trabajo para muchas familias”. Y sumó: “No puede ser que venga gente de todo del país y extraigan 60 o 70 kilos de pescados por camioneta”. “¿Qué necesidad tienen de pescar de lunes a lunes?”
Visitamos la fábrica de pejerreyes en la Estación Hidrobiológica de Chascomús
Por su parte, el jefe comunal de San Gregorio, Lisandro Travieso, dijo a este medio que “en esta laguna enclavada en el medio de la Pampa húmeda hay tres pueblos que viven del turismo y la pesca, un fenómeno impensado ya que fue conocida por las inundaciones y arrastra conflictos desde hace años”. “Entonces -reflexionó- creo que desde las tres comunas (además de Diego de Alvear y San Gregorio, Aarón Castellanos y Chistophersen son las localidades establecidas a la vera de La Picasa) se debe bregar para que la provincia dé forma a normativas regulatorias”.
La actividad pesquera no es nueva en San Gregorio, pero tuvo un fuerte impulso, al punto de convertirse en un boom durante este año tras las restricciones de la pandemia. Fue tal el impacto que la pequeña localidad cuenta actualmente con una importante oferta para el alojamiento de visitantes, cuya capacidad supera las 200 camas para albergar a los turistas.
La norma ya está en vigencia
El segundo día de veda “pesquera” en la laguna La Picasa se sintió tan fuerte como en el primer día y prácticamente la actividad fue nula, salvo en la localidad de Diego de Alvear dónde los pescadores con redes siguieron su habitual rutina diaria.
El presidente de la Cooperativa de Pescadores de Diego de Alvear, Ramón Colo Lucero, contó a La Capital que “nos quieren hacer creer que las redes son las que depredan a la laguna y la verdad es que con la cantidad de trackers que ingresan a la laguna los fines de semana, la cantidad de pejerreyes que se llevan es muy superior a la que nos llevamos nosotros. Además nosotros vivimos de esto y muchos de los que vienen son turistas de otras provincias que sólo lo hacen por deporte”.
Pejerreyes vadeando. Una nota de Leonardo Nalda para Revista Aire Libre
Más allá de que la laguna pertenezca a los distritos de Diego de Alvear y de Aarón Castelllanos, los cierto es que al estar bajo agua ese espejo le corresponde a la provincia y es Santa Fe quien debe regular el recurso porque en un plazo no muy grande, “nos vamos a quedar sin pescados y nosotros nos vamos a quedar sin trabajo”,
La pesca en la laguna no es un fenómenos de ahora sino que se viene llevando a cabo desde el año 2001. Sucede que este año explotó turísticamente el destino en función al “pique” que hay y el buen tamaño de las piezas al punto tal que se llegaron a sacar pejerreyes de más de dos kilos en varias oportunidades y hasta incluso un fileteador de San Gregorio, Jesús Molina, contó que “llegué a filetear uno de 2,7 kilogramos”.
La reglamentación
La norma establece que desde el 1 de diciembre al 31 de octubre de cada año “las personas interesadas” en desarrollar la referida actividad sólo podrán hacerlo los sábados, domingos y feriados con un cupo máximo de 40 ejemplares diarios por pescador o transporte. Y permite la pesca comercial de lunes a viernes en la jurisdicción.
Además fija que del 1 de septiembre al 30 de noviembre, cuyo período coincide con la veda comercial, este tipo de pesca, que se realiza a través de redes, podrá únicamente llevarse adelante los sábados, domingos y feriados con un máximo de 15 piezas. En esa lapso queda prohibido llevar adelante “cualquier tipo de concurso o certamen de pesca”.
El ex guardafauna de Melincué, Armando Senese, sugirió que “lo que hay que hacer es regular el uso del recurso a través de las redes que se utilizan para extraer pescados y también de las cañas porque si dejas que entren muchas lanchas o trackers, se llevan muchos pejerreyes y a la larga termina produciendo un vaciamiento de peces en la laguna”.
“En Melincué no se cuidó el recurso y ahora no es una alternativa o destino para pescar como lo fue tiempo atrás. Acá venía mucha gente a pescar y eso alimentaba a los comercios del pueblo, los restaurantes y las cabañas que estaban todas alquiladas, fundamentalmente durante los fines de semana”.
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