Solamente puede pasar en Singapur.
El aeropuerto de Singapur invita a pasar la noche en su selva urbana The Jewel, donde se encuentra la mayor catarata bajo techo del mundo.
No solo las aerolíneas buscan soluciones creativas para saciar la ansiedad de viajar de sus pasajeros. También los aeropuertos ofrecen programas para mitigar la nostalgia de volar en medio de las restricciones por la pandemia.
Es una pena ver al aeropuerto de Changi, en Singapur, casi sin gente. Elegido durante varios años seguidos como el mejor del mundo, tiene tantas atracciones y es tan sofisticado el nivel de sus comercios y restaurantes que es un destino turístico en sí mismo.
Una noche en la selva urbana
Sus directivos quieren exprimir estas ventajas y presentan varias propuestas para acampar en el aeropuerto.
La idea no es estar como Tom Hanks en La Terminal, malviviendo entre asientos y pasillos. Fiel a su nivel de exclusividad, el aeropuerto de Changi ofrece las instalaciones de su selva artificial The Jewel para pasar una noche en un entorno natural, aunque sea bajo una cúpula de vidrio.
The Jewel es un espacio de 12.700 metros cuadrados con diez niveles, donde se recrea el ambiente de una selva tropical. El punto más importante es la catarata de 40 metros de alto, la caída de agua artificial más grande del planeta, que cada noche presenta un espectáculo de luces y sonido bajo la cortina de agua.
Además el lugar está rodeado de 280 comercios y restaurantes y un hotel, en un entorno que es cruzado por los trenes ligeros que acercan pasajeros a las terminales.
Pasar la noche en el aeropuerto
Las tiendas de glamping para pasar la noche en esta selva urbana se presentan con una o dos camas dobles, y los ocupantes reciben un kit con toallas, ventiladores, juego de cama, un cargador portátil, pases para ducharse en el hotel YotelAir del aeropuerto; una canasta con alimentos y un perfume con esencias del ambiente verde.
Otras opciones permiten acampar en el sector Cloud9, que se encuentra en el sector de más altura del complejo, rozando la estructura de acero y cristal que la recubre. Si alguien no quiere pasar la noche, el aeropuerto también ofrece la opción de pasar el día en la tienda, disfrutando del ambiente selvático o de las atracciones de aeropuerto.
Los precios por esta experiencia van desde los 221 euros por dormir a los 90 euros por solo ir a pasar la tarde en las instalaciones.
Impactos: 28