-
La falta de depredadores naturales y su alta tasa de reproducción lo han convertido en una plaga. Solo la estimulación del control por medio de la caza es efectiva para erradicarlo.
24 de junio de 2025. Son permanentes las noticias de todo el país que dan cuenta la problemática del jabalí, una especie que se convirtió en invasora multiplicando los problemas que origina a la producción agropecuaria y al ecosistema de fauna autóctona del país.
Para Carlos Kubach, docente de la Facultad de Ciencias Agropecuarias en producción no tradicionales de la Universidad Nacional de Córdoba (FCA-UNC), la presencia del jabalí en Argentina se ha convertido en una verdadera catástrofe ambiental.
De manera categórica, el docente del área de consolidación de Gestión Ambiental y Producción Sostenible de la FCA-UNC afirma que la problemática del jabalí es crítica en la provincia, debido a la falta de control natural, su alta capacidad reproductiva, y una legislación inadecuada que lo protege en lugar de combatirlo.
Si bien no hay estadística sobre la población, debido a su falta de control, se estima que en la provincia podría haber cerca de 600 mil ejemplares, aunque la cifra tampoco es precisa.
La proliferación del jabalí ha encontrado en Córdoba las condiciones ideales para su desarrollo.
- Espacio: tienen montañas, montes, salitrales, pastizales; todos los ambientes necesarios para estar cómodos.
- Comida: miles de hectáreas de maíz proveen alimento todo el año.
- Falta de depredadores: los naturales del jabalí son el oso, el tigre y las jaurías de lobos, especies que no existen en la provincia.
“La ausencia de depredadores naturales es un factor básico para que la población explote, ya que tienen todas las condiciones para prosperar”, sostiene Kubach, quien ha participado como representante de la UNC ante el Ministerio de Ambiente en la problemática de la invasión de especies exóticas.
Relacionada: Buenos Aires reglamentó la caza plaguicida del jabalí
Las consecuencias
En Pampa de Achala, fuente de agua para todos los ríos de Córdoba, el jabalí erosiona completamente el terreno al comer raíces y hozar como un cerdo, impidiendo la infiltración del agua.
“Esto compromete el aprovisionamiento de agua y hace que los arroyos estén permanentemente turbios en lugar de prístinos”, observa el especialista.
Su expansión por toda la provincia los convierte en una amenaza para los accidentes en rutas; ejemplares han aparecido cerca del aeropuerto en la ciudad de Córdoba, con el riesgo que ello acarrea.
El ataque a silosbolsa y a lotes sembrados con cereales, en búsqueda de comida, provocan cuantiosas pérdidas en la producción agrícola.
Su condición de omnívoros hace que cause predación directa sobre ejemplares de la fauna. Además, son transmisores de enfermedades como la peste porcina y la triquinosis, afectando a la fauna y a las personas
El jabalí también causa un daño inmenso a la fauna nativa, incluyendo especies que hoy están peligro crítico, como la tortuga de tierra en Córdoba. El pecarí quimilero es otra de las especies a la cual el jabalí tiene en jaque en la provincia.
En zonas protegidas, como el Parque Nacional de Ansenuza, han depredado huevos y pichones de flamencos australes y andinos (cuyos nidos fueron descubiertos en ese ambiente), especies que también están en peligro crítico de desaparecer.
“Se comen las crías de especies como la corzuela, el aguará guazú y el osito melero, que son especies con poblaciones reducidas en la provincia”, admitió Kubach.
El jabalí en Córdoba: medidas de control
Ante este escenario, para el especialista de la UNC la única forma de controlar al jabalí es a través de la actividad cinegética (caza) de control.
Relacionada: Con la caza prohibida en la vecina provincia de San Juan están analizando que hacer
A nivel mundial se ha ensayado otro tipo de controles, como los hormonales o el trampeo, pero no funcionan. Hay cerca de 100 mil trabajos científicos a nivel mundial sobre el control del jabalí, y la experiencia global demuestra que solo la estimulación del control por medio de la caza es efectiva.
Sin embargo, se sostiene que el principal problema para combatir esta plaga en Córdoba es la legislación actual, que lo considera una especie de caza deportiva y no una plaga, que necesita de su control.
Para Kubach, las regulaciones están hechas para “proteger el jabalí”, ya que muchas acciones y normativas datan de las décadas de 1980 y 1990, y estaban pensadas para su protección.
“Las zonas protegidas, paradójicamente, son lo que más protege al jabalí. En estas áreas, no se permite ninguna acción de control, a diferencia de lo que ocurre en parques nacionales como Lanín o El Palmar, donde sí se gestiona la fauna exótica”, sostiene el docente, quien afirma que el mapa de caza del jabalí para la caza es idéntico al de 2011, lo que ha llevado a la situación actual.
“Este mapa prohíbe tocar al jabalí en zonas donde no figura o en reservas naturales”, advierte.
FUENTE: LA VOZ
Impactos: 185