- El jabalí, un problema que avanza a pasos agigantados.
- Su presencia en los campos y en las rutas de nuestro país.
- En España cien agricultores demandarán colectivamente por los daños de la fauna salvaje.
23 de septiembre de 2024. Una investigación recientemente publicada en la revista Ecología Austral, liderada por el doctor Sebastián Ballari, investigador del CONICET y del Programa de Estudios Aplicados a la Conservación (CENAC, Parque Nacional Nahuel Huapi, APN), focaliza en el estado de situación del jabalí, una especie exótica invasora. De cómo su crecimiento y dispersión poblacional genera amenazas sobre la biodiversidad, las actividades productivas, y la salud humana.
El jabalí está presente en 16 provincias argentinas y esto representa una problemática sobre todo a nivel económico, ya que se estima que las pérdidas sobre las actividades productivas, sumados a los costos de inversión en control e investigación, son millonarias e implican un costo anual de más de 1.000 millones de dólares en Argentina.
En crecimiento
La situación es bastante alarmante, sobre todo por el crecimiento que ha tenido en estas últimas dos o tres décadas. La especie está presente hace mucho, sin embargo, ha experimentado un crecimiento y una dispersión poblacional exponencial relacionada con factores como el cambio climático y el avance de las fronteras agrícolas ganaderas.
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Hay más presencia de la especie en lugares periurbanos y urbanos, en el medio de ciudades o en lugares poblados y por otro lado, es más frecuente la destrucción y el consumo de cultivos. Por ejemplo, en estos últimos años es muy común encontrar reportes de roturas de silobolsas donde se almacenan los granos.
También la depredación de crías de ganado, como corderos y terneros, y obviamente esto trae aparejado un interés particular porque representan pérdidas económicas importantes.
Compite y depreda
Los impactos de esta especie introducida también afectan a los ecosistemas nativos, según el experto, el jabalí compite y depreda especies nativas y destruye el ambiente alterando las propiedades ecosistémicas de los suelos y la vegetación.
Su comportamiento característico es el hozado, que consiste en remover áreas extensas de suelo en búsqueda de alimentos, modificando las condiciones físico químicas del suelo, alterando el ciclo de los nutrientes, promoviendo la dispersión de plantas exóticas, y modificando las comunidades vegetales nativas.
Enfermedades
En cuanto a la sanidad, estos animales en Argentina albergan al menos 40 patógenos que incluyen virus, bacterias y parásitos que tienen consecuencias en la vida silvestre, en el ganado y en la transmisión de enfermedades a los seres humanos como la triquinosis, la tuberculosis, la brucelosis, la leptospirosis, entre otras.
El estudio señala que debido al importante rol potencial como reservorio de patógenos es relevante intensificar la vigilancia y control sanitario en el país.
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El científico sostiene que tanto la presencia como los impactos de los jabalíes son contexto dependientes, es decir que parámetros como el clima, la topografía, la disponibilidad de recursos alimentarios, y el acceso a agua, determinan su abundancia, distribución y el tipo de impactos en cada región.
Esta investigación, que aborda la problemática a nivel nacional, resulta un aporte para la planificación de qué hacer en los próximos años ya que hay una proyección de que el jabalí siga colonizando nuevas regiones en el país.
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En ese sentido Ballari explica que “los métodos de control utilizados son muchísimos a nivel mundial, pero necesitan ser adaptados justamente al contexto y región donde se quiere aplicar y al valor de conservación que se quiere proteger. No es lo mismo controlar la especie en un área protegida donde el valor de conservación puede ser una especie animal o vegetal, que en un área productiva donde se quiere conservar los cultivo de maíz por ejemplo, entonces es importante también identificar esos objetivos de conservación”.
El predador natural de este animal es un lobo que caza en manada o el oso, ninguno de estos hay en la Patagonia por lo que naturalmente, no cuentan con enemigos naturales.
Hay un alto desconocimiento de la gente de cómo proceder ante el encuentro con un animal, lo que puede resultar intimidatorio y tratan de defenderse. Al tener uno de estos encuentros, lo primero que hay que pensar es que nunca hay que acercarse ni intentar tocarlo, tampoco interponerse entre una madre y su hijo o cerrarle la vía de escape. Luego del encuentro hay que ir retirándose poco a poco, siempre mirándolo.
En las rutas
Camioneros de una empresa de transporte, que transitaban las rutas provinciales con destino a Río Colorado, grabaron a dos jabalíes a la vera del camino, resaltando la abundancia de fauna en la región y su consideración como plaga.
En un curioso video, los camioneros, con risas, comentaron: “A 29 kilómetros de Río Colorado, en pleno desierto nos topamos con dos jabalíes“. Esto demuestra el peligro que implica en la zona de rutas, sobre todo por los cruces que pueden romper un vehículo.
El video, aunque fue grabado con humor y en un ambiente distendido debido a la luz del día, invita a reflexionar sobre los riesgos que pueden presentarse en situaciones similares durante la noche.
Los jabalíes, considerados una plaga en algunas áreas, representan una amenaza considerable para la seguridad vial. En la oscuridad, la aparición inesperada de estos animales en la ruta podría tener consecuencias graves, como causar accidentes de tráfico.
La presencia de jabalíes en esta región no es un hecho aislado. La zona es conocida por su fauna diversa, una bendición para los amantes de la naturaleza, pero también un desafío para conductores y residentes. La posibilidad de encontrarse con animales en la carretera obliga a extremar las precauciones y a considerar medidas de seguridad adicionales. Desde señales de tráfico específicas hasta campañas de concientización, las acciones para mitigar los riesgos deben ser variadas y efectivas.
Demanda colectiva en España
Cien agricultores del Valle de Ayora, una comarca situada en el interior de la provincia de Valencia, donde “cada vez resulta más habitual observar ungulados saltando por los tejados o chocando sus cornamentas entre los vehículos” han decidido organizarse y plantear una demanda colectiva para obtener una compensación de todas las pérdidas directas e indirectas que sufren.
Así lo ha informado la Asociación Valenciana de Agricultores, destacando que los asociados de la zona del Valle de Ayora y la Canal de Navarrés, han tomado esta decisión a la vista de que el problema no sólo se dilata en el tiempo, sino que además va a peor.
La demanda colectiva se realizará ante la Generalitat Valenciana con el objeto de minimizar las pérdidas ocasionadas por la fauna silvestre y para solucionarlo, además de compensaciones del 100% de los daños reales, explican que se debería flexibilizar las autorizaciones de caza para reducir las poblaciones de fauna cinegética.
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