Hay gente pagando por vivir una simulación de terremoto en Japón
Hoy en día no hay límites en el turismo. Hoy en día un terremoto suena más divertido que un selfie en la Torre Eiffel.
Los desastres van a ocurrir siempre. Ya sean naturales, industriales o militares, nuestro mundo está lleno de rincones en los que han sucedido hechos terribles. Por ello se ha instalado una categoría de turismo denominada “turismo negro, oscuro o de dolor (anglicismos de black tourism, dark tourism o grief tourism” es una forma de turismo que envuelve a los viajes a sitios asociados con la muerte y la tragedia.
Si acudimos al apartado de categorías, vemos que entre las más destacadas se encuentran: turismo nuclear (Hiroshima o Chernobyl), turismo de tumbas (como el Mausoleo de Mustafa Kemal Atatürk en Turquía o el Osario de Sedlec en la República Checa), turismo de prisiones (Alcatraz o la isla de Robben Island, donde pasó 27 años Nelson Mandela), turismo de genocidio (Auschwitz o el Museo de genocidio en Camboya), turismo paranormal (avistamientos de OVNIS en Roswell, EEUU), etc.
A aquellos que el turismo convencional no los llena plenamente se suman a miles de turistas que cada año se embarcan hacia algunos de los lugares más sombríos del planeta. Entre ellos los que se suman al Dark Tourism, que popularizara la serie de Netflix Dark Tourist que ayudó a que la tendencia se generalice aún más. Tal como sucedió desde el estreno de la serie Chernobyl, los viajes al área (hoy en zona de guerra) han aumentado un 40%.
Una parte novedosa del Dark Tourism son las simulaciones. Para vivir una aventura de verdad hay que hacer precisamente eso: vivirla. Por eso hay a quienes no les basta con solo visitar un hotel sobre el genocidio judio o la calle de Dallas donde asesinaron a John Fitzerald Kennedy. Hay quienes quieren participar. ¿Cómo? Mirá…
De vacaciones a un terremoto o un sifón falso
El país asiático cuenta con decenas de parques temáticos en los que puedes experimentar terremotos, tsunamis, tifones o incendios simulados. Algunos los ven como centros de educación sobre desastres que ofrecen lecciones de supervivencia. Otros como un día de diversión en una película de ciencia ficción. Dónde si no íbamos a poder caminar por un escenario postapocalíptico con coches aplastados, postes de energía balanceándose y fuego apareciendo por doquier.
El parque de Prevención de Desastres Rinkai de Tokio ofrece una experiencia de los más inmersiva. Los visitantes entran en lo que parece un ascensor de una tienda, a medida que descienden, un violento temblor hace que se tambalee de lado a lado. Las puertas se abren a un oscuro centro comercial destrozado, por donde tienen que abrirse paso entre las tiendas en una escena caótica donde los cables echan chispas y megamáquinas de aire acondicionado les avientan de un lado a otro.
En algunos casos, los visitantes se ponen impermeables y se agarran donde pueden, antes de ser azotados por huracanes falsos o lluvia artificial. Hay quien quiere vivir esto. Y se gasta millones para conseguirlo.
Cruzar la frontera USA-México como un inmigrante ilegal
Si la idea de vivir un terremoto por placer ya nos parece sorprendente, imaginate pagar por huir de los agentes fronterizos en el muro de México. Sí, varias agencias de turismo ofrecen simulaciones en vivo para que los turistas puedan saber de primera mano cómo es que les persigan, disparen o insulten mientras cruzan la frontera hacia a Estados Unidos “ilegalmente”. Todo esto en la fría y oscura noche.
Le llaman “Caminata Nocturna”, y no es otra cosa que un tour de tres horas por una carretera de obstáculos a través del desierto, todo mientras son perseguidos por “agentes de la patrulla fronteriza” que disparan armas de fogueo para aumentar aún más la adrenalina. El pack se vende en el Parque EcoAlberto. Más del 70% de la comunidad que reside allí ha emigrado a los EEUU y comentaban en un artículo de Los Angeles Times que “es parte de nuestra cultura y es importante conocerla”. Además de embolsarse algo de dinero mientras tanto, claro.
Dormir en la habitación donde se cometió un asesinato
El morbo de pasar la noche donde han tenido lugar oscuros sucesos es un imán para muchos turistas, que no lo dudarían ni un momento en desembolsar miles de euros por vivir la terrorífica experiencia. Por eso, en la Avenida Ocean Drive de Miami Beach (EEUU), la que fue la famosa mansión de Gianni Versace sigue atrayendo a turistas curiosos que desearían fotografiar los escalones donde se cometió el crimen.
Pero no sólo eso. A raíz del éxito de la serie de American Crime Story, la han transformado en un hotel boutique de lujo. Dormir en la habitación de Donatella o del propio modista puede costarte desde 600 euros hasta los 1.200 por solo una noche. Construida en 1930 y con más de 20 habitaciones, la vivienda ha sido adquirida en subasta por la familia dueña de la cadena de hoteles “Victor Hotels”.
Los viajeros tienen la oportunidad de recorrer los rincones que fueron protagonistas de las escenas más íntimas de la vida de Gianni incluso descubrir las decenas de puertas secretas y pasadizos escondidos en la casa.
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