En Croacia los ganaderos están aterrorizados por los ataques a sus rebaños.
El año pasado, los lobos mataron a más de 2.500 animales domésticos e hirieron a otros 400, ovejas, cabras y vacas, según datos oficiales. Por ello ante el crecimiento de casos reclaman el sacrificio de los lobos, un animal estrictamente protegido en este país de los Balcanes.
A principios de año, 90 ovejas fueron degolladas por lobos en su redil. Desde entonces, las voces se multiplican para reclamar la regulación de la población de lobos grises mediante cuotas de eliminación, como en Francia o en Eslovenia.
Ivan Tesija, propietario de 500 vacas criadas para su carne, muestra la foto del cadáver triturado de uno de sus terneros atacado recientemente por lobos, en sus pastos verdes rodeados de montañas cercanas a la pequeña ciudad de Udbina, en el centro de Croacia. El ganadero estima en un centenar el número de sus animales muertos en una década por los lobos, presente en en centro del país y en las áridas montañas que bordean el Adriático.
Según los datos oficiales, en 2020 había 163 lobos en Croacia, pero los ganaderos y cazadores consideran que esta cifra es en realidad el doble.
A finales del siglo XIX había varios centenares de lobos pero cien años más tarde casi han desaparecido, exterminados por los cazadores o víctimas de la destrucción de su hábitat.
Al final de la guerra del decenio de 1990, la recién independizada Croacia los convirtió en una especie protegida. Los sacrificios estuvieron autorizados un tiempo pero en 2013 quedaron suspendidos debido a la “caída significativa” de las poblaciones, según el ministerio de Economía.
“Ahora somos un país de lobos”, lamentó Milan Djekic en la prensa local tras descubrir en abril a sus ovejas masacradas sobre la paja manchada de sangre. Pocos días después, un lobo muerto fue colgado por las patas a la entrada del poblado de Gracac.
Boris Katic, veterinario y cazador, es partidario de las cuotas de eliminación de lobos. Considera que hay que matar sobre todo a los “perros lobo” híbridos –entre una décima y una cuarta parte de la población actual– que amenazan, según los científicos, la supervivencia misma de la especie ‘canis lupus’. Según él, estos perros descienden en parte de cruces efectuados por propietarios de lobos cautivos.
En la Universidad de Zagreb, Josip Kusak señala que el número de híbridos crece cuando los lobos macho son abatidos, obligando a las lobas a aparearse con perros callejeros.
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Los defensores de los animales explican que los ‘canis lupus’ están protegidos precisamente porque están amenazados y denuncian un remedio peor que el mal. Para los ecologistas los ganaderos deben tomar medidas adecuadas para la seguridad de los rebaños –cercas eléctricas, vigilancia diurna, hacer entrar a los animales por la noche en los establos-, estiman.
No parece suficiente para Josip Subaric, que cría unas 600 vacas cerca de Udbina, quien perdió dos terneros en mayo a pesar de sus cercas eléctricas. Tampoco para Kosa Galovic, de 65 años, que le contó a la AFP cómo seis lobos mataron al mediodía tres ovejas y cinco corderos, justo al lado de su casa en la aldea de Rebic.
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