Su recorrido a través de China cautiva a millones
410 elementos de emergencia, 374 vehículos y 14 drones voladores han unido fuerzas para monitorear a la familia de elefantes viajeros que se han transformado en las nuevas estrellas mediáticas en China, y en el resto del planeta.
Un grupo de 15 elefantes errantes ha recorrido más de 500 kilómetros por la provincia de Yunnan, en el suroeste del país, desde que abandonaron su reserva en esta área tropical hace más de un año.
Peregrinan sin destino aparente, alimentándose de los cultivos humanos, dándose banquetes de maíz —su nuevo menú favorito—, tumbándose para una siesta o cruzando una calle como Pedro por su casa.
Al principio, había 17 elefantes en la manada, pero hacia el 24 de abril, dos de ellos tomaron el camino de vuelta mientras el resto se acercó a los pueblos cercanos a la ciudad de Yuxi, a unos 90 kilómetros al sur de Kunming, China, donde su paso movilizó a centenares de policías y decenas de drones para evitar que entraran en un núcleo urbano de nueve millones de habitantes.
Tras un breve descanso, han retomado la marcha, con un miembro de menos, un macho que se ha separado del grupo. Su ruta ha cautivado a millones de personas en todo el mundo.
Por ahora, no están claras las razones de su éxodo, aunque se cree que podría estar motivado por la disminución de plantas comestibles en su área provocada por el aumento de la población de elefantes salvajes en la región (su número se ha duplicado hasta los 300 ejemplares gracias a las tareas de conservación).
También se desconoce su destino, y algunos expertos creen que el líder de la manada podría haberse perdido. No es nada habitual que un grupo así camine tan lejos de sus hábitats, añadieron.
Chen Mingyong, un experto en elefantes asiáticos citado por Xinhua, señaló que el incidente es la migración de más larga distancia de elefantes salvajes registrada nunca en China. Es posible que su líder “carezca de experiencia y haya hecho que todo el grupo se haya perdido”, añadió.
Desde el inicio de la marcha, la manada causó daños por 6,8 millones de yuanes (1,1 millones de dólares), que incluye la destrucción de 56 hectáreas de cultivos.
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