Elige la tuya para salir de la rutina.
Una visita a un parque natural, una travesía en kayak, un viaje en mountain bike; pueden ser pequeñas aventuras hechas a medida de cada uno. Por Amanda Merino para Revista Aire Libre
Para vivir experiencias fuera de lo común o lo cotidiano en relación al aire libre, no hace falta viajar a lugares exóticos, escalar el Everest o cruzar navegando el Océano Atlántico; sino que, cualquiera puede vivir pequeñas aventuras y así salirse de la rutina. Y esto tiene un nombre: microaventuras.
El prefijo “micro” es de origen griego y significa pequeño. Y aventura suele definirse como un suceso poco frecuente donde lo peligroso y el riesgo forman parte de la vivencia. Entonces, ¿cómo es eso de vivir una aventura a menor escala, pequeña, reducida en su magnitud; de esas que profesan grandes aventureros y aventureras?
Tal vez son actividades que solemos hacer con cierto margen de tiempo, una vez al mes o bien de dos a cinco veces en el año; pero no le damos el valor o no pensamos que puede ser ‘algo más’ que una escapada, sino una aventura a la medida, y posibilidades, de cada uno.
Justamente de eso habla Alastair Humphreys, escritor y aventurero, quien puso de relieve el concepto de microaventura hace unos años atrás. En una entrevista concedida al diario El País (España), Humphreys dice: “Una microaventura es una aventura. Sin diferencia alguna, excepto que las microaventuras son cortas en el tiempo, baratas, simples y locales. La microaventura tiene todo lo que te gustaría encontrar en una aventura propiamente dicha, pero es accesible para gente ocupada con vidas reales”.
La primera gran aventura de Humphreys fue completar un viaje en bicicleta de cuatro años alrededor del mundo. También lleva en su curriculum el haber sido aventurero del año de National Geographic en 2012. Entre otras hazañas.
Hay que tener en cuenta que cuando se habla de una microaventura se refiere a un desafío sencillo, económico o hasta gratuito. Y suele ser cercano y fácil de organizar. Por eso, es una manera de ampliar la posibilidad de las personas de animar a vivir algo diferente y explorar lo que hay a mano, lo que se encuentra cerca o hasta en nuestra propia ciudad y sus alrededores, que muchas veces, por diferentes razones, no incluimos en la lista.
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¿Por dónde empezar?
Se puede pensar desde una caminata, una visita, un viaje, hasta intentar comenzar un deporte. Puede ser en solitario, en pareja, en familia o con niños; para también vivir una experiencia compartida. La cuestión es salir, vivir algo diferente y explorar un lugar cercano sin necesidad de hacer miles de kilómetros ni ser un aventurero extremo.
Experiencias
A Carla Fantín (50 años) siempre le gustó practicar deportes a modo de “desenchufe” como nadar, remar o correr. Comenzó a participar de carreras de calle hace 7 años, pero con el paso del tiempo se dio cuenta de que “necesitaba otra cosa”, y así empezó a participar de carreras de aventuras como cross country en Córdoba, Entre Ríos y Santa Fe; El Champaqui, Los Gigantes, entre otras.
“Estas carreras las hago para disfrutar, no pienso en la competencia en sí, no voy detrás de un tiempo. Voy disfrutando cada charco que piso, cada metida en el agua, cada caída, así que esas dos o tres horas de carrera es el disfrute de la naturaleza, de todo lo que tengo alrededor. Me cansa por un lado, pero me carga energías, me hace sentir muy bien”, cuenta Carla que considera estos eventos como sus microaventuras, así como las experiencias de trekking en zona de montaña: “son experiencias de un fin de semana-o fin de semana largo-y es cargar la mochila y saber que lo que voy a ocupar es lo que está en la mochila, que no necesito otra cosa”. Y continúa: “Generalmente, lo hago con mi pareja, Rubén, que nos gusta hacer esto. También salimos juntos a andar en bici por los caminos de la costa”. Y resalta que “estas micro-escapadas me cargan de pilas”.
Ideas de microaventuras
- Navegación nocturna. Alquilar una salida en velero o completar la tripulación de un barco amigo.
- Remar una travesía de jornada completa. Se puede salir muy temprano y volver casi cuando anochece, también acampar en una isla cercana y volver al otro día.
- Jornada de pesca y cocinar lo capturado. Puede ser una actividad combinada con la anterior (kayak fishing), o en lancha o simplemente en una costa.
- Unir dos o más pueblos en mountain bike. Existen grupos autoconvocados que realizan salidas grupales. No necesariamente hay que tener unas piernas de hierro.
- Senderismo autoguiado. Una caminata en solitario o en compañía para desconectar y adentrarse en la naturaleza.
- Acampar en día de semana (en medio de la rutina laboral). En un camping o una isla, una noche estrellada o en luna llena.
- Avistaje de aves (¡o de ballenas!). Una buena propuesta para los amantes de los animales y la fotografía.
- Visitar una reserva natural. Muchas ciudades conservan su pulmón natural y pocas veces es visitado por sus habitantes.
- Aprender un deporte nuevo. El desafío de probar algo nuevo siempre se presenta como una aventura (así sea para superarse uno mismo).
Para tener en cuenta: como toda actividad que sea al aire libre lleva consigo respetar el medio y la manera en que se practique la microaventura que elijamos hacer. ¿Cómo? Protegiendo y respetando el lugar; no dejar basura; no dañar la flora y la fauna; prender fuego sólo en lugares permitidos (y apagarlo); ser precavidos y tener en cuenta la seguridad tanto nuestra integridad y la de nuestros compañeros, entre otros.
Una nueva tendencia para el mercado
Esta manera de vivir y disfrutar el aire libre ya se presenta como una tendencia novedosa debido a que puede atraer nuevos clientes a esta industria. Ya en la feria OutDoor del año 2017 en Friedrichshafen (Alemania), una de las más importantes del sector a nivel internacional, se mostró especial interés en esta nueva tendencia outdoor. Sobre esto hizo referencia un artículo publicado en aquel año por el medio español Diffusion Sport en que se plantea que las microaventuras muestran hacia dónde se encamina el outdoor y entre los motivos destaca que el sector outdoor está buscando nuevos objetivos y grupos destino para seguir expandiéndose, y que al adaptarse a la forma de cada uno y que pueden realizarse de forma espontánea, ofrecen una gran variedad y se necesita poco equipamiento especial. Podría agregarse, además, que emprendedores y prestadores de servicios que brindan actividades en localidades con un impacto a menor escala, pueden verse beneficiados con esta tendencia al renovar las propuestas en actividades de una jornada o paquetes que integren diferentes actividades, atendiendo este concepto y al público que busque este tipo de experiencias de baja dificultad.
Si te animás comparti tu microaventura con nosotros y la publicaremos
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