Se trata de una nueva especie de 14 cm. que brilla en la oscuridad.
Hallado en el Golfo de México fue bautizado como Mollisquama mississippiensis.
La especie tiene unas bolsas cerca de sus aletas delanteras que chorrean nubes brillantes en el océano, según informaron los científicos.
Es sólo la tercera de más de 500 especies conocidas de tiburones que pueden echar chorros de líquido luminoso, dijo R. Dean Grubbs, un científico de la Universidad Estatal de Florida. “Hay un pequeño tiburón bulboso y luminiscente que navega por los océanos del mundo y no sabemos nada de él”, dijo Grubbs, el ex presidente de la Sociedad Americana de Elasmobranquios (American Elasmobranch Society), científicos que estudian los tiburones y las rayas. “Nos muestra lo poco que sabemos en realidad.”
Como el único tiburón de bolsillo conocido hasta ahora por la ciencia – una hembra adulta de 40 centímetros que se encuentra en el Océano Pacífico frente a Perú – este macho recién nacido de 14, 2 centímetros que se pescó en el Golfo tiene una bolsa junto a cada aleta delantera.
Esas glándulas musculares están recubiertas de proyecciones fluorescentes recubiertas de pigmentos, lo que indica que chorrean líquido luminoso, indicó el ictiólogo de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica Mark Grace y sus colaboradores en la revista “Zootaxa“. El tiburón también tiene grupos de células emisoras de luz punteadas en su vientre.
Eso hace probable que el que fue capturado en 1979 y que está ahora en un museo ruso fuera también un “chorreador de luz” con un abdomen bioluminiscente, aunque después de cuatro décadas sumergido en formol sea imposible de certificarlo hoy, dijo Grace.
La luminiscencia podría servir para ocultar al tiburón de su presa o de sus depredadores, dijo.
Grace, que tiene su base en Pascagoula, Mississippi, dijo que el tiburón bebé estaba entre los especímenes recolectados durante una encuesta de 2010 para averiguar qué comen los cachalotes del Golfo de México. Pasó tres años identificando los especímenes recolectados, y éste, que aún presentaba una cicatriz umbilical, estaba en la última bolsa que abrió.
“Llevo 40 años en la ciencia…. Normalmente puedo hacer una buena conjetura” sobre la identidad de un animal marino, dijo, pero reconoció que “no podría con éste.”
Grace dijo que le llevó un tiempo convencerse de que tenía algo inusual: “Me imaginé que estaba haciendo algo mal”.
Llamó a los científicos de la Universidad de Tulane diciendo: “Mira, tengo algunas cosas inusuales en aguas profundas, incluyendo un tiburón que no puedo identificar”. Científicos de la Universidad de Nueva York y de la Universidad de Florida también se convirtieron en colaboradores.
Un documento de 2015 identificó al tiburón como el segundo de su tipo. Tomó años más, incluyendo escaneos de alta resolución en el acelerador de partículas en Grenoble, Francia, para obtener más detalles internos, para estar seguros de que era una nueva especie. Otro experto europeo, Julien Claes, hizo una disección celular de un poco del tejido de la bolsa para confirmar su función. “Él dijo que eran de ese tipo de células que producen fluido luminoso. Así que es bastante seguro decir que eso es lo que hace el de Rusia también”, dijo Grace.
Fuente: Infobae
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