¿Por qué ir al delicatessen si puedes hacer que los manjares vengan a ti?
Un video viral de un zorro comiendo un sándwich en las afueras de Chernóbil ha conseguido miles de visitas en YouTube y otros sitios.
Tras el catastrófico accidente de 1986 en la central nuclear de Chernóbil, en Ucrania, el gobierno creó una zona de exclusión de unos 2,600 kilómetros cuadrados), un área de alta radiación en la que el público no tiene acceso.
Pero los animales no recibieron el memo —la zona se ha convertido desde entonces en el hogar de una gran variedad de animales silvestres, incluido el zorro rojo (Vulpes vulpes).
Aunque este tipo de zorro puede parecer saludable, ciertas especies que viven en Chernóbil tienen una tasa de anomalías genéticas mayor a la normal. Estudios han demostrado, por ejemplo, que se reproducen menos y tienen una mayor mortalidad que las poblaciones de aves bajo control.
En cuanto al zorro recientemente filmado, su salud podría ser desconocida, pero su apetito sí que es vigoroso. El hecho de que fácilmente devorara el sándwich que le ofreció un equipo ucraniano de Radio Free Europe no debería ser una sorpresa, dice Ben Sacks, experto en zorros de la Universidad de California en Davis.
“Estos animales tienen una dieta bastante amplia, y un sándwich de jamón es muy apropiado”, opinó.
Porción pequeña
Un sándwich de seis pisos pudiera parecer una enorme cantidad de comida para un humano, pero Sacks señala que los zorros tienen patrones de alimentación distintos a los de nosotros.
En el invierno, un zorro puede buscar comida en un animal muerto, consumir grandes cantidades de alimento en un día y luego estar varios días sin probar nada.
Sacks calcula que un zorro puede comer unas 20 ratas pequeñas o 20 ratones grandes en una sesión, lo que se traduce a 1 o 1.5 kilos de carne.
“El sándwich no era nada”, afirmó.
No alimentes animales
Aunque el bocadillo en sí mismo no era peligroso para el zorro, dar de comer a la fauna silvestre puede serlo. Cuando los zorros y otros animales dejan de tener miedo de los humanos, pueden ser más propensos a chocar con personas que quieren hacerles daño, advirtió.
“No pueden diferenciar entre una conducta amistosa y la que busca llevarse su piel”, dice.
(*) Artículo publicado por la National Geographic.
Autor: Carrie Arnold Fecha: 04.05.2015
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