18 de septiembre de 2024. No hay símbolo que mejor represente a la ostentación de la riqueza como las mansiones y los yates, sobre todo, los yates. Embarcaciones valoradas en 500 millones, como el Koru de Jeff Bezos, o los 330 millones que se pagaron por el LaunchPad de Mark Zuckerberg, son ejemplos recientes del creciente interés que los millonarios han vuelto a sentir por la vida (de lujo) en el mar.
Sin embargo, ninguno de los enormes superyates de lujo que hoy en día sirven de refugio veraniego para millonarios, pueden acercarse a la ostentación del History Supreme: un pequeño yate con un casco fabricado en oro valorado en más de 4.800 millones de dólares.
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El tamaño no importa.
El History Supreme no es, ni de lejos, el yate de lujo más grande de la historia. Le superan con creces el Eclipse, del millonario ruso Roman Abramovich con 170 metros de eslora; el Azzam del jeque Jalifa bin Zayed Al Nahayan exmandatario de Emiratos Árabes Unidos, con 180 metros de eslora; e incluso el Serene, del príncipe saudita Mohamed Bin Salman, que hace alarde de sus 133 metros y presume de llevar a bordo un polémico cuadro de Leonardo da Vinci que vale tanto como el yate.
De hecho, si lo comparamos con estos mastodontes de lujo, el History Supreme es incluso pequeño, teniendo en cuenta que apenas tiene 30 metros de eslora. Sin embargo, este superyate destaca por estar construido principalmente en oro macizo, convirtiéndolo en una pieza de joyería flotante.
Oro parece…y lo es
El encargado de convertir en realidad el History Supreme fue el diseñador de lujo británico Stuart Hughes, quien tardó tres años en completar este proyecto. Aunque no se han publicado imágenes del barco fuera del astillero, el estudio de Hughes confirmó que la construcción finalizó a mediados de 2011.
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Los escasos 30 metros de eslora están cubiertos por 100.000 kilos de oro macizo, plata y platino, utilizados tanto en el casco como en la cubierta y los interiores del yate. Recubrir las embarcaciones de metal visto no es algo extraño, pero semejante cantidad de oro pone en duda su flotabilidad. Incluso el ancla y las barandillas de las cubiertas están fabricadas en ese preciado metal.
El Venus, de Steve Jobs, sin ir más lejos, luce en su casco partes de acero inoxidable sin pintar. No obstante, no es habitual utilizar oro macizo como recubrimiento principal, aunque fabricantes como Palmer Johnson han tratado de emularlo.
Lujo y excentricidad por dentro y por fuera
El nivel de excentricidad y lujo del History Supreme no termina en casco. Los materiales preciosos están presentes en cada rincón del yate. Stuart Hughes se caracterizó por las personalizaciones de lujo, por lo que aprovechó la ocasión para incluir en el diseño del yate alguna de sus creaciones, como un acuario panorámico fabricado con 68 kilos de oro de 24 quilates y en una botella de licor decorada con diamantes.
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La característica más excéntrica de este yate es, sin duda alguna, la pared del camarote principal que está adornada con huesos del esqueleto de un Tiranosaurio rex y otra con fragmentos de meteorito. Esta no es la primera vez que Stuart Hughes incorporaba fósiles de dinosaurios en sus diseños. Anteriormente, presentó un diseño modificado de iPad que también incluía estos elementos prehistóricos.
Bulo o una pieza de museo
Aunque no se ha confirmado oficialmente, algunas publicaciones especializadas señalan que el dueño de esta ostentosa embarcación podría ser Robert Kuok, el hombre más rico de Malasia. Según Forbes, a sus 100 años, Kuok tiene una fortuna valorada en más 11.800 millones de dólares fruto de la industria del azúcar, que luego expandió sus negocios a otros sectores.
Lo más llamativo de todo es que, más allá de las fotos publicadas en la web de su diseñador, nadie ha visto nunca navegar a esta pequeña joya. Eso apunta a que, o bien la existencia del History Supreme es un simple bulo difícil de corroborar, o que su dueño lo guarda como una excéntrica pieza de museo.
Desde la distancia del escepticismo por la existencia real del yate, en realidad, no sería extraño que su dueño no lo usase. Si el History Supreme llegara a hundirse, se convertiría en un tesoro en sí mismo. Lo que está claro es que, al precio al que está el oro en este momento, los 4.800 millones de dólares que supuestamente pagó Robert Kuok fue la mejor inversión de su vida.
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