Un destino que suma atractivos
El municipio de Guaminí, ubicado en el oeste de la Provincia, se destaca como destino turístico por las postales mágicas de los atardeceres sobre sus lagunas, por los edificios públicos que construyó el arquitecto Francisco Salamone, por ser el sitio en que nació Nelly Omar, referente femenina del tango, y por ser pionero en la producción agroecológica de alimentos.
“Para mí la agroecología es todo. La naturaleza, el futuro, la amistad y la conciencia social”, expresó el productor guaminense Mauricio Bleynat, en el documental “Elemento vital”.
En este distrito bonaerense nació en 2016 la Red Nacional de Municipios y Comunidades que fomentan la Agroecología (RENAMA) que actualmente nuclea a treinta distritos y 180 productores.
“Se trata de un modelo con principios que van más allá de lo ecológico-productivo porque incluye aspectos sociales y culturales”, explicó Mariana Marasa, doctora en Ciencias Naturales y Bióloga de la Universidad Nacional de La Plata, en esa producción audiovisual.
RENAMA propone un enfoque sistémico, participativo y multidisciplinario. Agricultores, técnicos agropecuarios, comunas, entes gubernamentales, organismos académicos y científicos, y organizaciones de base, conforman esa red que, a través del intercambio de experiencias y saberes, busca convertirse en transición hacia otro paradigma de producción alimentaria.
Guaminí pasó de tener cien hectáreas cultivadas sin agroquímicos ni transgénicos en 2014, a cinco mil hectáreas en la actualidad. El municipio reguló la fumigación con tóxicos en las áreas pobladas para implementar este modelo que fomenta el cuidado de la salud y el medio ambiente.
Las lagunas del Monte, Alsina y Cochicó son un valioso tesoro de la naturaleza, irrumpen en la llanura y sorprenden a los visitantes por su gran riqueza animal y su exuberancia vegetal.
El diez por ciento de la superficie de este destino turístico, 48 mil hectáreas, son espejos de agua. “Lograr el cuidado de estos humedales a través de prácticas de manejo ecológicas de sus riberas, tanto agrícolas como ganaderas, se traduce en un espacio enorme de protección y conservación de la biodiversidad natural”, afirmó Marcelo Schwerdt, doctor en biología, secretario municipal de Turismo, Patrimonio y Desarrollo Rural Sostenible, y fundador de RENAMA.
En los ambientes lacustres se encuentran “más de doscientas especies de aves, veinte de peces e innumerables taxones de plantas herbáceas y semiarbustivas, que se expresan con mayor fuerza y color en las áreas agroecológicas”, describió Schwerdt.
Amigables con el cuerpo y la naturaleza
La producción agroecológica de alimentos tiene un impacto amable con el entorno natural y también con nuestro cuerpo. La incorporación de nutrientes libres de químicos artificiales, potencia de manera positiva el funcionamiento del organismo.
Además, este modelo agropecuario impulsa un vínculo directo entre productor y consumidor, “generando fuerte conciencia sobre la calidad de los alimentos, sus procesos de producción, su aporte a la salud y la calidad ambiental”, sostuvo el funcionario municipal.
El molino “La Clarita” es el orgullo de Guaminí. Estudiantes de la Escuela de Educación Especial N° 502 elaboran harina integral de trigo agroecológico que se destaca por su calidad y valor accesible.
Los turistas que lleguen a este destino bonaerense podrán saborear productos regionales frescos como verduras, harinas, leches, conservas, dulces y chacinados “elaborados a partir de prácticas agroecológicas y provenientes de las diez hectáreas hortícolas y más de cuatro mil hectáreas extensivas”, detalló Schwerdt.
Cultivar y producir en armonía con la naturaleza y con la comunidad, es una forma de vida que se hace cada vez más fuerte en Guaminí, y que ha captado el interés de quienes tienen una mirada integral sobre el bienestar y las experiencias turísticas.
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