La Columna de Arquería de Andrés Verde en Revista Aire Libre.
“El arco tradicional debe ser tomado de la misma forma que una paloma. Si uno deja su mano muy suelta, ella se vuela. Si uno la cierra con fuerza, la lastima. Lo mismo ocurre en el tiro con el arco.”
En arquería, nuestra interacción con la flecha se produce a través del arco. A su vez, nuestra interacción con el arco se produce a través de nuestras manos. Es por ello que la forma en que contactemos el arco va a ser determinante en nuestro tiro.
Para estudiar el tema es importante diferenciar la forma en que trabajan la mano del arco y la mano de la cuerda.
Mano de arco
Soporta la compresión que ejerce el arco al ser tensado. Es importante que la fuerza que recibe sea transmitida lo más directamente posible a nuestro antebrazo, sobretodo a al hueso radio. Para ello es importante que la zona de contacto con el arco sea reducida y precisa.
En la mano debe ser sobre la proyección del eje del radio en nuestra palma (foto1). En el arco por su parte, debe ser en la parte más profunda del grip en el caso de que sea ergonómico (pistol) o semi ergonómico (locator). Y si el mango es recto, será lo más cercana a la flecha posible sin que nuestra mano toque con ella. Para lograr el tipo de contacto descripto, es importante que nuestra mano posea una inclinación de nudillos en 45º aproximadamente, dependiendo del tipo de arco (foto 2). Si cumplimos con todas estas premisas, podremos ver que la proyección de la varilla coincide por arriba con nuestra tabaquera anatómica, que es el hueco que forman los tendones del pulgar a nivel de la muñeca.
El error más común del arquero principiante es querer tomar el arco con toda la mano y con los nudillos en un eje vertical, paralelo al arco, porque le brinda una sensación de falsa seguridad. El otro error que ocurre frecuentemente al querer corregir hacia la postura correcta, es hacerlo cambiando la posición del codo o de todo el brazo; cuando en realidad podemos conseguir el eje ideal sólo con el acomodamiento de la muñeca y la rotación del antebrazo.
Mano de cuerda
Es la encargada de transmitir la tracción de la cuerda, transmitida por el antebrazo, pero originada en el hombro y en la espalda del arquero. Sus dedos índice, medio y anular son los que reciben el contacto de la cuerda, tratando de que sea lo más equilibrado, relajado y centrado posible en relación al eje del antebrazo. Ya sea que el arquero tome la cuerda con agarre “tres dedos abajo” (foto 3) o “uno arriba y dos abajo” (foto 3 bis), es importante entender que el dedo medio es el que coincide con el eje del antebrazo, por eso es el que debe recibir la mayor presión por parte de la cuerda. Para que podamos tener nuestra mano de cuerda relajada y que nuestra suelta sea lo más limpia posible, el mejor apoyo posible es en la almohadilla de la segunda falange del dedo medio, con los otros dos restantes acomodados según la posibilidades anatómicas, de una forma similar. Al lograr la máxima relajación mientras tomamos la cuerda, es natural que la línea de los nudillos no sea vertical, si no que puede inclinarse suavemente en pronación buscando el eje natural del antebrazo (foto 4).
El error más común del principiante es tomar la cuerda con la punta de los dedos, creyendo intuitivamente que logrará una mejor soltada. En la realidad eso genera una gran tensión en los dedos, que hará imposible una salida limpia de la cuerda, generando un desvío de la misma y por consiguiente, de la flecha.
“La suelta de la cuerda debe ser tan natural como la caída de la nieve acumulada en una hoja de un árbol. Sin aviso. Sin intención.”
Lic. Andrés F. Verde, entrenador de tiro con arco desde 1998. Diecisiete veces Campeón Argentino con arco tradicional. www.arcosur.com
Impactos: 310