Sugerencias para los que quieran iniciarse en este deporte y empezar a trepar cerca de casa y buenos lugares para practicar en la naturaleza.
Para aquellos que deseen realizar sus primeras escaladas, Buenos Aires cuenta con numerosas palestras y muros para desarrollar diferentes tipos de entrenamientos, cursos, seminarios y planificar las próximas salidas.
Por Alejandro Rapetti | Para LA NACION
Los expertos coinciden en la importancia de hacer un curso de iniciación en algún club o asociación de montaña, ya que en este deporte no es demasiado seguro arriesgarse a ser autodidacta. Las variables son muchas (tipo de terreno, equipamiento, clima) como para lanzarse a escalar sin mínimos conocimientos previos. La escalada tiene lugar para todos, el único requisito son las ganas.El primer paso para iniciarse en la práctica es acercarse al muro de escalada más cercano, con ropa cómoda y ganas de probar una experiencia distinta.
En un curso básico se aprenden nociones como el equipo necesario para escalar, cómo asegurar al compañero mientras este escala, cómo descender desde lo alto de una pared, distintos recursos técnicos para progresar de manera vertical u horizontal y conceptos de seguridad.
La escalada deportiva como deporte comienza a desprenderse del montañismo y de la escalada en roca en los 70; durante los 80 se definen sus bases y valores fundamentales como la búsqueda de escalar lo más difícil, el trabajo en equipo, el respeto por la naturaleza y al prójimo, la autosuperación.
“La escalada deportiva es un deporte en pleno auge y con amplio desarrollo en los últimos 15 años. Consiste en trepar y recorrer rutas de escalada que nos presentan distintas dificultades, pero no se compite con nadie. El desafío es siempre con uno mismo y se trata de empujar el límite personal cada vez más alto”, dice Sebastián Cerrato, director de Campus de Escalada, una escuela que funciona dentro del Centro Asturiano de Buenos Aires, en Vicente López, con otra sede en Pilar. Se trata de uno de los muros más grandes del país, con más de 10 metros y 600 m2 para escalar y más de tres mil tomas con variadas formas.
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Pero lo más interesante es que los cursos de iniciación invariablemente se completan con salidas de práctica en roca en distintos puntos del país, desde Buenos Aires, Mendoza, Bariloche hasta Córdoba o cualquier lugar donde se puede disfrutar un poco de la vertical.
“Estas primeras salidas son de un nivel básico y puede participar cualquier persona con o sin experiencia. En general se realizan algún fin de semana. Nosotros vamos a Sierra de la Vigilancia, formación del sistema de Tandilia en Buenos Aires; al paraje la Ola, en Córdoba, o Arenales, en Mendoza, con accesos muy directos desde la ruta. También hay destinos como El Chaltén, Piedra Parada, Bariloche y Los Gigantes, donde se puede escalar y realizar trekking de varios días.”
Realization es otra empresa integral de actividades de montaña y escalada en Villa Crespo. Dispone de un muro de escalada indoor de más de 300 m2 con todo tipo de ángulos de inclinación, para principiantes y escaladores experimentados. Se especializa en el desarrollo de la escalada en todas sus vertientes, y presenta un amplio abanico de programas vinculados con la vida en la naturaleza y el montañismo. “Abarcamos todo lo que tiene que ver con escalada y montañismo, desde venta y alquiler de muros, clases y cursos hasta salidas de escalada y ascensos técnicos en montaña”, dice Andrés Alejandro Puertas, instructor desde hace 20 años, y uno de los responsables de esta palestra donde también se ofrecen cursos de escalada deportiva, curso de big wall, escalada en hielo y se diseñan programas de entrenamiento.
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Según Puertas, allí se pueden encontrar las morfologías más variadas: techos, desplomes de diferentes ángulos, diedros, proas, placas, distintos y variados cambios de planos, apliques. “La salida guiada no es obligatoria, pero es recomendable. Es una buena manera de terminar el curso y aplicar lo aprendido, y perfeccionarse en un ambiente controlado. Nuestras escapadas más frecuentes las hacemos a Balcarce y una vez al año vamos a Arenales, en Mendoza, una salida larga de 10 o 15 días.”
Para Hernán Dal Rí, director de Escalando, otra escuela tradicional que funciona en Perú Beach (Acassuso), el primer objetivo de todo aquel que se inicia en esta disciplina debe ser sortear la dificultad propia del tramo o pared que tiene enfrente. “Lo primero es hacer un curso de escalada deportiva en un muro artificial (especialmente si se vive en la ciudad), donde se aprenden las maniobras básicas de seguridad (materiales, nudos), para poder escalar con un compañero, tanto en muros como en sectores naturales, y posteriormente hacer una salida de fin de curso en roca”, asegura el director de esta escuela que cuenta con un muro de escalada outdoor de 210 metros con forma de torre y 7 caras con diferentes inclinaciones, 15 líneas de soga, más de 100 rutas y un salón indoor de 150 m2, para la práctica de escalada de bloque.
Las salidas se hacen en grupos de hasta 6 personas y sirven para poner en práctica las posturas y técnicas de agarres en la roca natural, las mismas maniobras que ya se aprendieron en el muro, pero en paredes de hasta 25 metros, siempre en itinerarios de dificultad baja o intermedia para adaptarse y disfrutar del esfuerzo. En Buenos Aires los destinos más frecuentes son Sierra de los Padres, Balcarce o Tandil. En el interior, Córdoba, Mendoza y Bariloche para escapadas de más días.
En cualquier caso hay quienes empiezan para sacarse el miedo a la altura, otros por cambiar de rutina, otros que buscan un vínculo social que no implique una competencia con los demás. La escalada tiene lugar para todos: el único requisito para iniciarse son las ganas, aunque el aprendizaje es constante y nunca termina.
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