Espectáculo único, hasta fin de mes, en los bosques de La Pampa
4 de abril de 2014. Durante una breve época del año, la pampeana Reserva Provincial Parque Luro se convierte en el mágico escenario, un espectáculo único: la brama del ciervo colorado. El fenómeno comienza en marzo y culmina a fines de abril, tiempo en el cual los machos de esta bella especie salen por el bosque a lucir sus cornamentas y emiten un sonido ronco y atronador, su bramido de guerra en la puja por las codiciadas hembras.
Ubicada 35 kilómetros al sur de la ciudad de Santa Rosa, departamento de Toay, provincia de La Pampa, sobre Ruta Nacional 35, la Reserva es uno de los pocos sitios del mundo en que se puede apreciar este complejo ritual de apareamiento, que da lugar a la temporada de avistaje y de caza deportiva.
Aquellos que se acerquen al Parque Luro podrán ver que de los bosques de caldén emergen grandes ciervos colorados con sus extraordinarias cornamentas que les han estado creciendo todo el año. Éstas son sus armas de seducción y de lucha, ya que los machos alfa pelean -muchas veces a muerte- para ampliar o retener su harén.
Las salidas hasta los avistaderos, atravesando parte del bosque de caldén, se programan al amanecer y al atardecer, las horas de máxima actividad. Se trata de una experiencia que proporciona al visitante la posibilidad de vivir la naturaleza a pleno y ponerse en contacto con todos sus sentidos.
Los guías del parque aprovechan las zonas arenosas del suelo para encontrar las huellas de los animales. En el caso de los ciervos, las marcas incluyen además formas de delimitación territorial, que se traducen en troncos pelados, olores fuertes y sonidos estridentes provocados por los machos de la especie.
Los atractivos naturales de la Reserva incluyen tres ambientes naturales: el bosque, la laguna y el médano y la existencia de una fauna autóctona que incluye puma, zorro gris, zorrino y ñandú, entre otros. La fauna exótica está compuesta por el ciervo colorado y por el jabalí, ambos introducidos desde Europa. El parque también es hábitat de 160 diferentes especies de aves.
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Caza mayor
En paralelo a la práctica de avistajes, la caza deportiva está tomando gran desarrollo en La Pampa a partir de la demanda internacional. El ciervo colorado se vuelve más atrayente aun cuando se puede competir por un trofeo nacional o internacional, ya que es una de las especies más buscadas.
La práctica de la caza mayor y menor en La Pampa está reglamentada por normas que tienden a la conservación de la fauna silvestre, permitiendo la actividad únicamente en ciertas especies y en determinada época del año. A su vez, para desarrollar la actividad se requiere el permiso de caza extendido por el organismo oficial administrador www.drn.lapampa.gov.ar).
En todos los casos el cazador se adentra en el monte a pie o a caballo, acompañado por un guía experimentado, al amanecer y al atardecer. Los bramidos de los ciervos hacen posible ubicarlos y tener un acercamiento. Cuando la brama termina a mediados de abril, la caza continúa en prados abiertos donde los ciervos salen a comer, y donde pueden observarse con claridad para evaluar la calidad del trofeo.
Alrededor de 50 cotos son los habilitados para esta nueva temporada, distribuidos en los departamentos de Utracán, Loventué, Toay, Guatraché y Hucal, en su mayoría. Constituyen un preciado trofeo y la cornamenta la conquista por la que los cazadores consideran uno de los mayores atractivos de la caza mayor.
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Parque histórico
El Parque Luro es una reserva natural declarada como Área Protegida sin aprovechamiento productivo desde 1996 y es como Patrimonio Natural, Histórico y Cultural desde 1997. Esta área de 7.600 hectáreas conserva el bosque de caldén, de las cuales 1.600 están destinadas a la actividad turística y recreativa.
El atractivo histórico de este sitio se debe a que a principios del siglo XX, el coto de caza San Huberto fue sede de reuniones de importantes personalidades para tratar la provincialización de este territorio. El atractivo más destacado del emprendimiento de Don Pedro Luro es el Museo El Castillo, edificio que fuera su residencia, y actualmente es Monumento Histórico Nacional.
El recorrido histórico incluye, además, el Museo San Huberto, en el que se destaca una cochera con carruajes utilizados por los antiguos propietarios. Construcciones notables de la época como el Tambo Modelo, el Tanque del Millón, el Museo El Caserío, una antigua cabaña de cazadores; y la visita al “Matusalén”, caldén más añejo de la Reserva que alberga interesantes anécdotas.
Previo a la llegada de los colonos, el territorio estuvo poblado por la comunidad ranquel. Antes que se formara San Huberto, las tierras eran habitadas por el cacique Vicente Pincén.
Fuente: Ambito Financiero – Nota – Sup. Ambito del Placer
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